América Latina

6 octubre, 2014

Elecciones Brasil: Dilma y Aecio a segunda vuelta, Marina lo mira por TV

Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, triunfó en las elecciones presidenciales con el 41% de los votos, sin embargo deberá ir a una segunda vuelta con Aecio Neves que alcanzó un 33%. Marina Silva quedó tercera muy lejos, con el 21%.

Este domingo se realizaron las elecciones presidenciales de Brasil. La candidata oficialista y actual presidenta, Dilma Rousseff, se impuso con poco más del 40% de los votos, pero no le alcanzó para ganar en primera vuelta, algo que ya se preveía. La sorpresa fue que su inmediato perseguidor fue Aecio Neves a quién las encuestas, recién este fin de semana, dieron como posible segundo. Marina Silva quedó tercera.

Los comicios presidenciales en Brasil dieron como resultado que la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, se imponga con el 41% de los votos. Sin embargo al no alcanzar, tal como estipula la ley brasileña, la mitad más uno de los sufragios emitidos, deberá ir a segunda vuelta.

Aecio Neves, candidato del Partido Socialdemocrata será su competidor en el ballottage del 26 de octubre, ya que obtuvo un 33%. Lejos quedó Marina Silva, del Partido Socialista, quién sacó 21%. El resto de los candidatos estuvieron por debajo del 1,5%.

Sorpresa y encuestas fallidas

La segunda vuelta estaba cantada. Dilma Rousseff tenía muy pocas chances de superar el 50% más uno de los votos. Sin embargo, en la mayor parte de la campaña, no se esperaba que los brasileños tuvieran que optar el próximo 26 de octubre entre la actual mandataria y Aecio Neves. El candidato conservador del Partido Socialdemocrata fue relegado los últimos meses por el supuesto fenómeno de Marina Silva quién finalmente terminó tercera lejos.

La candidata del Partido Socialista Brasileño se hundió con la misma velocidad con que había sido inflada y quedó muy lejos de la disputa, apenas superando los 20 puntos.

Con el resultado, las famosas consultoras responsables de las encuestas, perdieron una enorme credibilidad. Históricamente han sido un actor de peso previendo pero también orientando el voto en función de sus estudios. Siempre, en cualquiera de estas encuestas, hay un margen de error de algunos puntos porcentuales. Pero en este caso todas daban un empate técnico entre Aecio Neves y Marina Silva en el segundo puesto. Es decir que se definiría por pocos votos quién sería rival de Dilma el 26 de octubre.

13 millones de votos le sacó Neves a Silva. 12 puntos porcentuales. Una diferencia que dista mucho de un «empate técnico».

Es verdad que las consultoras realizan operaciones políticas con el objetivo de levantar o bajar a determinados candidatos. Sin embargo, la eficacia de esas operaciones está dada por la credibilidad. Después de este resultado la rigurosidad de las encuestas ha sido dinamitada. Por este motivo resulta difícil comprender los motivos que llevaron a semejante diferencia entre los datos difundidos y la realidad.

Un escenario ajustado y un giro conservador asegurado

El 26 de octubre no será fácil. La victoria de Dilma Rousseff este domingo no fue lo suficientemente holgada como para llegar tranquila a la segunda vuelta. Necesita sumar 10% de los votos que tendrá que ir a buscar, principalmente, en el 21% de los votantes de Marina Silva.

Si bien podrá recolectar votos valiosos entre los otros candidatos que rondaron el 1%, principalmente de Luciana Genro del Partido Socialismo y Libertad (Psol), sin duda eso no será suficiente.

Una posible victoria de Aecio Neves significaría un durísimo golpe para los proyectos progresistas y de izquierda en la región. El candidato socialdemocrata representa los sectores más concentrados del poder económico brasileño y además forma parte del partido que impulsó el neoliberalismo en Brasil durante la década del 90.

Su llegada al gobierno de la principal potencia de América Latina generaría un importante cambio de escenario respecto a lo que fue el comienzo del siglo XXI donde la centro izquierda y la izquierda lograron hegemonizar la vida política sudamericana.

Sin embargo, una victoria de Dilma (de por sí poco propicia a radicalizar el proceso iniciado por el PT hace 12 años) se verá condicionada por la ajustada victoria. La tan reclamada reforma política será muy difícil de concretar al igual que cualquier otra iniciativa de corte progresista.

De esta forma el escenario político brasileño, y por tanto latinoamericano, se encamina a un giro conservador. La magnitud de ese giro dependerá de quién triunfe el próximo 26 de octubre.

 

Santiago Mayor – @SantiMayor

 

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