15 febrero, 2017
Nueve integrantes del colectivo BDS van a juicio en España
Los activistas que hace un año y medio propusieron un boicot para que no se invite al Festival Rototom Sunsplash al rapero judío de origen estadounidense Matisyahu, reconocido defensor de los crímenes del sionismo, hoy son juzgados por «promoción e incitación pública a la discriminación y al odio». Hay una campaña internacional en su defensa.
Un año y medio después de la actuación del cantante judío de origen estadounidense Matthew Paul Miller, conocido como Matisyahu, en el Festival Rototom Sunsplash, nueve miembros del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) serán juzgados por el intento de boicot al recital.
El magistrado del Juzgado de Instrucción nº 19 de Valencia aceptó la querella presentada por Abel Isaac de Bedoya Piquer, presidente de la Asociación Comité Legal para la Lucha contra la Discriminación, contra los nueve responsables de esta red internacional que promueve el boicot contra empresas de origen israelí e impulsa diversas iniciativas de denuncia contra artistas que hagan apología del sionismo.
Los delitos de los que se acusa a los activistas son los de promoción e incitación pública a la discriminación y al odio por motivos referentes a la ideología, religión o creencias, o subsidiariamente, por lesiones a la dignidad de las personas por razones de ideología, religión o creencias, delito recogido en el capítulo 510 del Código Penal. Llamativamente, es el mismo artículo que se aplica para juzgar los ataques de grupos neonazis.
Más allá de que las acusaciones contra los activistas de BDS reiteran el lugar común del antisemitismo, desde la organización aclararon reiteradamente que lo que criticaban era la invitación a un festival masivo de un personaje como Matisyahu quien ha hecho públicas y reiteradas defensas de la política criminal del sionismo contra los palestinos y palestinas.
Matisyahu actúa frecuentemente en eventos de recaudación de fondos para las Fuerzas de Defensa israelíes y para personalidades de la extrema derecha del país. También participó de eventos a beneficio del Movimiento OR, organización racista que busca desplazar de sus poblados a los beduinos que viven en Israel para reemplazarlos por comunidades judías.
Ephraim Rosenstein, su letrista, reconocido por el cantante como su “mentor espiritual”, es un colono extremista que recauda fondos para las organizaciones de extrema derecha del sionismo. Matisyahu también vivió durante diez años como Lubavitcher, una secta que idealiza la colonización de tierras palestinas como una obligación religiosa y considera a los no-judíos como metafísicamente inferiores.
El juicio contra los activistas ya ha generado repudio internacional. Diversas entidades y personalidades vinculadas a la defensa de los derechos humanos están convocando a firmar un manifiesto “en defensa de la libertad de expresión y contra la criminalización de la solidaridad con Palestina”. Allí se plantea: “Se trata de una acción legal con el objetivo de deslegitimar nuestro compromiso no-violento con los Derechos Humanos, que proviene de la defensa de la libertad, la igualdad y la justicia de la misma manera que la llevaron a cabo Rosa Parks, Martin Luther King o Nelson Mandela “.
Luego explican que toda la actividad previa al festival, para tratar de que se cancele la invitación a Matisyahu se llevó a cabo por canales públicos “en ejercicio de nuestra libertad de expresión y de la acción política legítima no violenta”.
BDS Cataluña plantea que “es una técnica habitual” vincular la acción política de la organización “con fines antisemitas para neutralizar la creciente adhesión internacional a esta campaña de denuncia de los crímenes de guerra cometidos por Israel, reconocidos por las más altas instancias internacionales”.
El comunicado en defensa de los activistas enjuiciados concluye: “Consideramos que estas falsas acusaciones contra nosotros son parte de una estrategia mucho más amplia, financiada y dirigida por Israel y sus grupos de presión, para criminalizar las campañas pacíficas y los apoyos a los Derechos Humanos del pueblo palestino, y, en particular, dirigida contra el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) por la libertad palestina, la justicia y la igualdad. Evocando el período más oscuro de la represión en la Sudáfrica del apartheid, la estrategia de Israel contra el BDS emplea la guerra legal , el espionaje y una intensa propaganda”.
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