América Latina

23 mayo, 2018

Ola de movilizaciones estudiantiles feministas en Chile

Como viene sucediendo los últimos años, en Chile se están llevando a cabo grandes movilizaciones estudiantiles que incluyen la toma de establecimientos y funas (escraches) abogando por una educación no sexista y la implementación de protocolos contra la violencia de género.

Como viene sucediendo los últimos años, en Chile se están llevando a cabo grandes movilizaciones estudiantiles que incluyen la toma de establecimientos y funas (escraches). En este caso abogando por una educación no sexista y la implementación de protocolos contra la violencia de género.

Hace casi un mes y medio se inicio con la toma de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral, al sur del país. El trasfondo son una serie de protestas estudiantiles a nivel nacional cuyo componente principal, por primera vez, son las demandas feministas y de géneros por sobre los de gratuidad.

Los primeros reclamos denunciaban los “encubrimiento(s) institucional(es) de violencia sexual y de género” y pedían la expulsión de las administrativos, docentes y estudiantes acusados de violencia y acoso sexual, implementación y mejoras en los protocolos contra la violencia de género, políticas preventivas y cambios en las mallas curriculares por una educación no machista ni sexista en todos los niveles educativos.

En ese contexto se fueron sumando otras críticas al actual gobierno conducido por Sebastián Piñera, como las recibidas por los polémicos dichos machistas del ministro de Educación, Gerardo Varela, en torno al uso de preservativos y el acoso, además de otros funcionarios ministeriales. «Pero es que mis hijos son unos campeones, necesitan más de tres parece», dijo el funcionario luego de contar que le había ido a comprado condones porque ellos «no se atreven».

Si bien en el país trasandino hay una baja tasa de femicidios en comparación con Argentina, existe una gran brecha salarial entre varones y mujeres, además de un alto costo en prestaciones de salud para estas últimas.

A lo anterior se suma el fallido intento por aplicar un protocolo de objeción de conciencia institucional de parte de Piñera, para que establecimientos de salud pudieran negar la realización abortos en cualquiera de las tres causales legalizadas durante el gobierno anterior de Michelle Bachelet. Este intento del actual mandatario por limitar ese derecho fue impedido por una resolución de la Contraloría General de la República días atrás.

Frente a todo esto, la vocera de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECh), Francisca Ochoa, sostuvo que las movilizaciones representan un “punto cúlmine de cansancio acumulado de las compañeras de la instituciones”. El objetivo es que “nos dejen de violentar en las calles, el trabajo y en las propias casas. El movimiento estudiantil se hace cargo de las demandas que impulsan las compañeras para terminar con una educación profundamente machista y sexista”, añadió.

Mientras tanto, desde la Coordinadora Nacionales Estudiantes Secundarios (CONES), Amanda Opazo, analizó que el escenario representa “un avance histórico por la educación no sexista en Chile y por la reivindicación de los derechos de la mujer”, y afirmó que el Ministerio de Educación ”forma parte de un gobierno sumamente machista y patriarcal». «Nosotras no vamos a permitir que nos pongan un pie encima, vamos a seguir marchando, luchando y no nos vamos a quedar calladas”, advirtió.

Por su parte sectores del oficialismo de Chile Vamos, han solicitado más «sensibilidad en estos temas” al Ejecutivo, para evitar un escenario como el de 2011, en el cual las movilizaciones estudiantiles por gratuidad terminaron erosionando la imagen del primer gobierno de Piñera y pavimentando el retorno de Bachelet bajo el paraguas reformista de la Nueva Mayoría.

En ese sentido, la senadora y presidenta de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), Jacqueline Van Rysselberghe, declaró que las movilizaciones representan “una oportunidad” para el gobierno, pero marcando el peligro de que se radicalicen las demandas, mientras que el jefe de la bancada de diputados de la UDI, Javier Macaya, señaló que “es un fenómeno social relevante que no tiene que ser necesariamente de derecha o de izquierda». «Esta agenda no puede ser arrebatada por la izquierda”, señaló e instó al gobierno y a su sector ha que no entrege las demandas feministas.

Gastón Osorio

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