9 junio, 2014

“En Colombia las mujeres somos botín de guerra”

Dirigentes sociales y candidatas colombianas, aprovecharon las elecciones del pasado 25 de mayo para dar a conocer la situación de las mujeres en su país. Una sociedad en conflicto, y fuertemente patriarcal.

Dirigentes sociales y candidatas colombianas, aprovecharon las elecciones del pasado 25 de mayo para dar a conocer la situación de las mujeres en su país. Una sociedad en conflicto, y fuertemente patriarcal.

“A la izquierda le fue bien, pero creo que fue todo un éxito también la incursión electoral como mujeres”. Aída Avella, candidata a la vicepresidencia de Colombia por la coalición de la Unión Demócratica y el Polo Democrático Alternativo, se sintió satisfecha luego de las elecciones del pasado 25 de mayo por el rol que cumplieron las mujeres. Compartió la fórmula con Clara López Obregón, y en toda la campaña subrayaron la importancia para la izquierda de contar con una dirigencia femenina. “Claro que aún hay mujeres que siguen votando por lo que les dice el marido, o el hermano o el padre. Pero se notó que quieren votar para mujeres y buscan a mujeres para darles su voto”.

Colombia es un país fuertemente patriarcal. Alcanza con caminar por las calles de Bogotá para darse cuenta del lugar donde son puestas las mujeres en el tejido social. Si se empieza a escarbar dentro de las normas institucionales se encuentran vericuetos teñidos de un machismo exacerbado y tradicional. Algunos seguros médicos, por ejemplo, impiden a las mujeres casadas hacerse pruebas de VIH si el marido no está al tanto y también está dispuesto a someterse a los test.

En este contexto, la participación de Avella y López en los comicios de primera vuelta fue bien vista por parte de muchas activistas feministas. No sólo por la candidatura de dos mujeres a los más altos mandos de la República, sino porque llevaron las reivindicaciones de su militancia de género hasta las urnas. “Estas elecciones para las mujeres significaron muchísimo”, explicó Lilia Solano, profesora y reconocida militante por los derechos humanos en Colombia. “Ustedes en Argentina tienen a una mujer que les gobierna, en Brasil lo mismo, Bachelet fue re elegida», dijo. Y agregó: «Aquí tuvimos a dos mujeres que han sobrevivido la guerra del terrorismo de estado y se han unido en un ambiente absolutamente patriarcal, como el de la izquierda. Avanzamos en medio de dificultades, pero sin marcha atrás».

Solano fue candidata al parlamento andino por la Unión Patriótica en las elecciones del 9 de marzo pasado, y desde su lugar de investigadora militante, se ha destacado entre los movimientos sociales latinoamericanos por su atención al rol de la mujer en su país. “En cuanto a políticas de género en Colombia estamos atrasadísimos. Las mujeres estamos en medio de una guerra hace más de 50 años. El peor lastre es que el estado mismo se ha empeñado en librar esa guerra contra la gente. Y las mujeres somos botín de guerra. La tierra los animales y las mujeres. Y como botín de guerra somos violentadas y perseguidas», explicó. Además, reflexionó: «Este es el país en Latinoamérica donde la participación en senado y cámara de las mujeres es el más bajo de la región, sólo el 12%. ¿Y quiénes llegan? Aquellas asociadas a los grupos de poder que terminan siendo en la política como uno más de estos hombres. Los paramilitares o los parapolíticos presos que en las últimas elecciones pusieron a su hermana, su prima, su novia”.

Las principales víctimas de desplazamiento, desaparición o asesinato a causa del conflicto armado colombiano son mujeres. Según el informe elaborado a principios de año por la Unidad de la Atención y Reparación Integral a las Víctimas del gobierno colombiano, el 51% de las 6.073.453 víctimas son mujeres, en más de 50 años de conflicto.

“Aquí estamos atrasadas en todo. En el tema de ingresos, de acceso a la educación. Todo aquí es para las mujeres privilegiadas, y el rostro de las mujeres, de ese 70% de la población que vive en la pobreza, que no tiene acceso a la educación, es enorme», indico Solano. «Basta con mirar el desplazamiento forzado. Las que sostienen la vida en este país son las desplazadas, que en su mayoría se van, trabajan para darle de comer a sus hijos. Y ese es el resultado también de una guerra que el estado colombiano se ha empeñado en mantener. En sostener a pesar de que hubo varias posibilidades en la historia, de posibilidades de que el conflicto armado se resuelva por la vía dialogada y negociada”, aseguró.

Los movimientos campesinos colombianos comenzaron a tomar consciencia de todo esto y plantearse el problema dentro de las relaciones mismas de sus construcciones. Isaac Marín, dirigente del Coordinador Nacional Agrario, aseguró que “la de género es una lucha que, a pesar de que lleva varios años dándose, todavía pesa bastante en el movimiento campesino, hay que reconocerlo. Pero indiscutiblemente las compañeras han sido protagonistas de la construcción de los avances de la lucha. En el campo la mujer hace el trabajo invisible pero además el de mayor fuerza, mayor sacrificio. Y yo creo que esa es una tarea que ha hecho el sistema, de inculcarnos desde la escuela y desde la iglesia el machismo. Es una cosa muy institucionalizada».

El dirigente campesino aseguró también: «Hoy se viene trabajando desde el seno del movimiento campesino para que se reconozca no sólo el trabajo sino el protagonismo de las mujeres. Hoy tenemos compañeras dirigiendo procesos, y ese es un avance significativo para el movimiento. Seguramente hace falta mucho por hacer. Hay un proceso que se llama la Confluencia de Mujeres. Ellas han sido las que han ido empujando esta tarea poniendo en la agenda de la discusión nacional el tema de género y cómo manejar esa parte tan machista de los movimientos. Y estamos en esa construcción. Pero es durísima”.

Federico Larsen – @larsenfede

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