Batalla de Ideas

23 junio, 2014

Ni estúpidas ni sectarias, las mujeres también disfrutamos el Mundial

Por María Paula García. Las reacciones contra la participación de las mujeres en el fútbol no son nuevas. Pero en los mundiales que ocurren cada cuatro años se intensifican. Y en este que estamos atravesando en particular se han exacerbado hasta el ridículo.

Por María Paula García. Las reacciones contra la participación de las mujeres en el fútbol no son nuevas. Pero en los mundiales que ocurren cada cuatro años se intensifican. Y en este que estamos atravesando en particular se han exacerbado hasta el ridículo.

Las reacciones son de todo tipo: desde los chistes misóginos de los programas de TV, pasando incluso por las mismas mujeres a las cuales les resulta risueño colocarse en el papel de huecas descerebradas. Y en el coro de estereotipos de género sobre el fútbol y el mundial no faltaron tampoco voces feministas, las cuales por lo pronto resultan también bastantes polémicas.

¿Se puede disfrutar de un buen partido y opinar sin ser tratadas de infradotadas? ¿Se puede gozar del fútbol sin sentir culpa de que durante el mundial siguen muriendo mujeres por violencia de género? Seguro que sí, pero empecemos por sacarnos de encima algunos mitos.

“Las mujeres no deben hablar de fútbol”

Frase repetida hasta el hartazgo si las hay. Porque según este mito, no sólo el fútbol es cosa de varones, sino que además hay que haberlo jugado, tener potrero, para poder opinar. Mientras que a un varón jamás se le diría que no puede ser obstetra por no embarazarse, o no ser ginecólogo por no experimentar cómo siente una vagina, parecería que sin testículos no hay ni sabiduría ni destreza futbolística. Este mito esconde, por otra parte, que hay una infinidad de varones a los cuales el fútbol no les interesa en lo más mínimo y que existen otros que juegan desastrosamente a pesar de la garra.

Aunque es cierto que en el juego hay una desventaja. Que en parte podría comenzar a saldarse si en lugar de ser compelidas a acunar muñecas las niñas pudieran jugar desde chicas poniéndole al cuerpo a la actividad que más les plazca.

No obstante, la realidad a nivel mundial muestra otra cosa: no sin duros obstáculos, cada vez más mujeres juegan al fútbol y ocupan lugares tradicionalmente reservados para los varones, como el periodismo deportivo y el arbitraje. En nuestro país, desde el año 1991 se lleva a cabo el Campeonato de Fútbol Femenino de la AFA, la máxima competición de este deporte en Argentina y paralelo de la Primera División. En este torneo juegan alrededor de 15 equipos, siendo Boca Juniors el máximo campeón con 23 títulos obtenidos.

El reciente film Mujeres con pelotas, dirigido por Ginger Gentile y Gabriel Balanovsky, retrata parte de ese mundo desconocido. “Filmando este documental y un corto, descubrí una pasión, unas ganas y una vitalidad en las chicas que el fútbol superprofesionalizado masculino perdió hace rato. Estas chicas meten las piernas con alma y vida, corren con mucho esfuerzo y eso hace que el partido sea entretenido”, señaló uno de los directores de la obra. Y agregó más: «Las principales contras de las chicas son el machismo en el deporte a nivel dirigencial, cuyo apoyo es casi nulo, y los tabúes sociales».

El fútbol femenino crece vertiginosamente, incluso en muchos barrios, escuelas y clubes a un nivel no profesional. Y si bien no representa una novedad la presencia de las mujeres en los estadios, es también una tendencia que crece.

Las mujeres juegan, hablan y se apasionan por el deporte nacional. Cada vez son más las que alquilan canchas con amigas, las que estudian periodismo deportivo y las que opinan sobre táctica y estrategia futbolística con gran nivel, las que llenan los estadios y los llenarían aún más si no hubiese restricciones debido a la violencia entre barras, todos varones.

Porque el fútbol no es sinónimo de genitales masculinos: tiene que ver con historias, con el barrio, con el club de nuestros amores, con el amor a una camiseta, con nuestros padres y abuelos, pero también madres y abuelas. En este sentido, las chicanas del tipo “explicame qué es un off side” o “vayan a la cocina y desalojen el sillón frente a la TV” son en realidad temor y resistencia a democratizar espacios de privilegio masculino.Amo el futbol

“El mundial de minitas”

Si el notero gracioso o el panelista exaltado por la participación de las mujeres no fueron suficientes, tenemos también a las “revistas femeninas”. Mientras que todo el año se dedican a los estereotipos de la moda, la belleza y la pareja, cuando llega el Mundial incursionan también en la temática. Y al respecto hubo varios casos para analizar.

La revista 47 Street, dirigida a adolescentes, publicó días antes del inicio del campeonato del mundo un Manual de reglas de comportamiento para acercarte a tu chico antes, durante y después de los partidos de la Selección. A través de un concentrado de lugares comunes, se sugería a las chicas a ser pacientes, dóciles y comprensivas con el chico amado, con el fin de no molestarlo con preguntas fuera de lugar o transmitirle tensiones.

La reacción de muchos lectores y lectoras fue tal que, en un primer momento, las autoras de la nota respondieron a los comentarios: “Respetamos que les parezca una boludez. A nosotras nos resulta divertido. Sabemos que no siempre es así. En el Staff hay algunas de nosotras que saben de fútbol más que Macaya y Niembro juntos. Es una generalización, nos parece divertido y por supuesto para tomar con humor…”. Todo terminó finalmente con la eliminación del artículo, tanto de la página web como del Facebook.

Otro caso polémico es el de la revista Ohlalá del diario La Nación, la cual publicó un artículo titulado «Diez comentarios que no deberías hacer durante el mundial«, en la que también se aconseja a las mujeres “para que no pases vergüenza ni generes conflictos con la hinchada masculina, te contamos algunas de las preguntas que tenés que evitar. Tomá nota y convertirte en la experta mundialera”. Los “tips” sugieren que disimulemos nuestro interés frente a los bellos jugadores, no preguntemos por sus cortes de pelo ni comentemos con qué bella modelo sale cada uno. En este caso, el artículo fue denunciado por los lectores ante el INADI, por utilizar argumentos y frases sexistas, degradar, subestimar y encasillar a las mujeres en un rol de coquetería, chismes e ignorancia.

También se lanzó el hashtag #MundialDeMinitas, muy difundido por TN en la web, donde con la excusa de que los usuarios opinen libremente y las mujeres se rían de sí mismas, se vienen reproduciendo una alta tasa de misoginia, violencia simbólica y nefastos estereotipos contra las mujeres. Y donde lamentablemente muchas mujeres que no comprenden la gravedad, participan extendiendo el rol de imbéciles en el cual se las pretende encerrar.

No todo es palo y a la bolsa

Si algo le faltaba a la relación entre las mujeres y el fútbol era el sectarismo de algunas feministas. Efectivamente, diversos grupos feministas vienen denunciando no sólo la estigmatización de la figura femenina en los eventos deportivos sino también el aumento de la trata, la prostitución y el turismo sexual infantil que se acrecienta en cada nueva Copa del Mundo. Es innegable la relación íntima y estructural entre el acontecimiento deportivo multitudinario, los cuerpos explotados de las mujeres y niñas y los altos beneficios de los sponsors, la FIFA y el empresariado turístico. Y es necesario denunciarlo más todos los días.

Sin embargo, afirmar como lo vienen haciendo algunas feministas, que todos los asistentes representan una careteada mundialera proxeneta, machista y misógina es, para empezar, polémico y sectario.

En primer lugar, siempre es bueno separar la paja del trigo, ya que afortunadamente no todos los varones que asisten a los partidos son proxenetas y así como se rechaza la estigmatización de las mujeres es importante no caer en la de los varones. Pero en todo caso, la masiva cantidad de varones puede ser utilizada para interpelar y concientizar sobre una problemática urgente más que para estigmatizar a todos los concurrentes y al fútbol como deporte. Al respecto, el spot lanzado por el gobierno nacional, “Paremos la trata”, es una excelente herramienta.

Sabemos que durante la Copa del Mundo los problemas no desaparecen: la violencia de género en todas sus formas sigue estando allí y sigue golpeando a las mujeres. Pero parte del combate contra un patriarcado que supo hacer de la culpa uno de sus más fuertes pilares, es también el disfrute de un evento deportivo, de los goles, las chilenas y las mejores tácticas para ganar. Y mientras Brasil 2014 nos sigue entregando buen fútbol, seguimos atentas y en la lucha. Pero sin clavar ni clavarnos puñales por favor.

 

@MariaPaula_71

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