Batalla de Ideas

25 septiembre, 2014

Chaco: Los poderosos arriba del ring y el pueblo abajo del cuadrilátero (1)

Por Mauro Cóceres, desde Resistencia. En una provincia marcada por los conflictos internos en los aparatos políticos más poderosos, el PJ y la UCR, el enfrentamiento más fuerte tiene como protagonistas nada más ni nada menos que al gobernador en Licencia y actual Jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Milton Capitanich, y al mandatario provincial a cargo, Juan Carlos Bacileff Ivanoff. Primera parte.

Por Mauro Cóceres, desde Resistencia. En una provincia marcada por los conflictos internos en los aparatos políticos más poderosos, el PJ y la UCR, el enfrentamiento más fuerte tiene como protagonistas nada más ni nada menos que al gobernador en licencia y actual jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Milton Capitanich, y al mandatario provincial a cargo, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, que lo reemplazó en la gobernación cuando el primero partió a Buenos Aires. Primera parte.

Ambos dirigentes han ido subiendo la apuesta en los últimos días con sus declaraciones y entre tantos dardos gruesos que se dispararon, han llegado a calificarse de “traidor” uno al otro.

Más allá de las chicanas y de lo escandaloso que podría ser para la prensa este tipo de cruces, lo cierto y lo concreto es que, en este enfrentamiento, no está en discusión la agenda de las necesidades urgentes que padece el pueblo chaqueño, que van desde lo más elemental como el agua potable, hasta las reactualizaciones salariales para los trabajadores que, ante una inflación incontrolable, vienen siendo empujados a la pobreza.

Fin del radicalismo, Coqui y el caso Cobos

El caso de mayor resonancia ha sido el cruce, quizás inesperado, entre el “gobernador” y su “vice”. Podría decirse entonces que el Caso Cobos tuvo su réplica en el Chaco.

Para hacer un poco de historia, corría el año 2007 cuando en plena caída de la hegemonía radical, luego de 12 años de gestión marcados por la escandalosa venta irregular de tierras fiscales, ajuste salarial y corrupción a escala mayor, en este contexto emergía la figura de “Coqui”. Un tipo carismático para el ciudadano chaqueño, con una dinámica de trabajo arrolladora y una cintura política envidiable.

Para muchas organizaciones populares que se habían gestado enfrentando el autoritarismo, el hambre y la represión de la gestión radical, Capitanich se presentaba como el recambio que les garantizaría cierta estabilidad. Lo que se dice un conciliador nato. A esa altura nadie, o muy pocos, recordaban el paso del montenegrino por el gabinete de Duhalde, su pasado menemista, el vaciamiento del Banco de Formosa mediante su intervención y varias de sus andanzas anteriores. Alguna vez un referente político local lo calificó como el “niño mimado del poder económico”.

En plena campaña, y con su imagen en alza, Coqui sacó de la galera a Juan Carlos Bacileff Ivanoff, como su candidato a vice gobernador, un personaje poco conocido para el común del pueblo, aunque un apellido bastante cercano para los habitantes de la localidad de Juan José Castelli, la puerta del Impenetrable Chaqueño.

De perfil bajo, el hombre del interior que puso Capitanich no provenía de ningún sector en particular del PJ, ni tenía siquiera la mínima estructura para justificar, dentro de la lógica del pejotismo, el lugar que le había asignado Capitanich. Como las casualidades no existen dentro de la política de los aparatos, el hombre de Castelli era y es un tipo de negocios, o por lo menos alguien puesto por “tipos de negocios” que garantizaría salvaguardar los intereses de estos sectores empresariales, llámese tierras y soja, hasta zonas liberadas para el narcotráfico.

La fórmula Capitanich-Ivanoff se impuso por mínimo margen en las elecciones frente al dueño del radicalismo chaqueño, Ángel Rozas. Con algunos acuerdos, mucho diálogo y principalmente promesas, Capitanich logró destrabar innumerables conflictos en la provincia. A fuerza de planes sociales, cooperativas y algunas migajas más, el nuevo gobernador logró estabilizar una provincia que se incendiaba.

Sin embargo cabe aclarar que las cuestiones centrales, como el drama de las tierras y otros derechos básicos y elementales, jamás han tenido una solución para amplios sectores, como el caso de las comunidades originarias y los campesinos pobres. En esto hay que recordar la histórica marcha de la Unión y Federación Nacional Campesina, las comunidades Wichí y Qom con la Corriente Clasista y Combativa (CCC), marcharon desde El Impenetrable hasta la capital, en busca de respuestas a sus reivindicaciones históricas ante una situación que no daba para más.

A esto se le sumaba el avance a pasos agigantados del modelo sojero, que extendía la frontera y se llevaba puesto todo lo que había en el camino, lo cual desataba una lucha territorial entre empresarios, gobiernos municipales, con el aval del ejecutivo provincial, contra las comunidades originarias y las familias que resistían al desalojo de sus tierras y a la contaminación que implicaba el avance de estos agronegocios.

Se asoma “Yiyo” y se profundiza la crisis económica

Tras una primera gestión medianamente “ordenada”, el Gobierno Provincial en sintonía con Nación, se aprestaba a la contienda electoral de 2011. Con una fuerte campaña, millones de pesos volcados a los punteros barriales, más dependencia de los trabajadores precarizados con el PJ y una imagen de Capitanich que estaba por las nubes, ayudado en gran parte por la siempre obsecuente prensa local. De esta manera, como se suele decir, Coqui se impuso “por paliza” al candidato radical Roy Nikisch, obteniendo más del 66% de los votos.

En el relato de lo que fueron las elecciones provinciales de 2011, hay un dato que pasamos desapercibido. ¿Adivinen quién integró la fórmula ganadora con Capitanich? “Yiyo” se metió otra vez. Juan Carlos Bacileff Ivanoff, a pesar de su perfil bajo, ya se había ganado la empatía dentro y fuera de su partido. Su autoritarismo, sus declaraciones que rozaban la xenofobia y algunas desobediencias con el mandatario, le valieron más de un cruce con funcionarios del gabinete.

Tras la victoria, y con la crisis económica que empezaba a tener sus impactos en la provincia, Coqui logró sortear estos problemas financieros mediante su incondicional amiguismo con la mandataria nacional, Cristina Fernández, lo que le permitía obtener algunos recursos “extras” para mantener estabilizada la estructura clientelar que construyó. Sin embargo, los embates no podían ocultarse y la crisis energética generaba un malestar enorme en la población.

A esto se le sumaba la fuerte y destacada lucha de los docentes, que no retrocedían en sus reivindicaciones y no aceptaban los paliativos que ofrecían desde el Ministerio. En salud se desataba otra contienda importante de los trabajadores precarizados del hospital Julio C. Perrando y del hospital 4 de Junio de Sáenz Peña, que ponían el grito en el cielo y daban a conocer la situación de emergencia que padecían, ante la falta de insumos básicos, de ambulancias, de personal y los salarios de hambre que percibían en la gran mayoría de los casos.

Llegamos a 2013 con una situación de emergencia económica, conflictos en todas las administraciones públicas y una Multisectorial conformada por organizaciones sociales, sindicales y partidos de izquierda, cada vez más consolidada y dispuesta a dar la pelea para frenar el “ajustazo” que ya estaba en marcha.

Mediante un “decretazo”, el gobierno cerro cualquier paritaria con un 22% de aumento salarial, algo que resultaba una burla teniendo en cuenta que la inflación rondaba el 38%, y el ciudadano estaba lejos de afrontar siquiera la Canasta Familiar. A todo esto, el ajuste incluía “tarifazos” en los servicios públicos, los más resonantes fueron los que se dieron en el servicio de energía eléctrica, en donde hubo aumentos del 400%.

El transporte público fue otro ejemplo de la estafa descomunal, puesto que mediante la presión empresarial, con una audiencia pública no vinculante y con represión, se aumentó el pasaje de colectivos urbanos e interurbanos. En este rubro, no dudaron en acompañar con su mano en alza el Bloque Radical y el socialismo. Además desde el municipio, gobernado por la ex Acción Chaqueña (Partido Militar), y actual referente de la UCR, Aída Ayala, aplicaron un impuestazo inmobiliario que multiplicaba varias veces más las tasas urbanas.

 

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