Los claroscuros de la reforma del Código Civil

Adopción, comienzo de la vida humana, divorcio y matrimonio igualitario, son algunos de los temas que sonaron fuerte durante los últimos días a la hora de hablar de la reforma del código Civil y Comercial. El proyecto que unificará ambos códigos, se tratará hoy en la Cámara de Diputados y modificará varios puntos clave, particularmente en materia de derechos de las mujeres.

¿Cómo inciden las modificaciones del código que rige la mayoría de los actos de una sociedad, cuáles son los puntos a tratar y qué no nos están queriendo contar? ¿La ideología conservadora dominará los temas de derechos sexuales y reproductivos?

El oficialismo cuenta con suficientes votos para alcanzar la mayoría parlamentaria, contando a los propios diputados y a los aliados de siempre. Eso indica que el proyecto se aprobará sin cambios a la versión presentada en el Senado en noviembre de 2013, cuando obtuvo la media sanción. El nuevo Código Civil y Comercial, que tiene 2671 artículos, de ser aprobado tendrá vigencia a partir de 2016.

Si bien hay quienes piensan que temas como el comienzo de la vida humana, la fertilización asistida, el matrimonio igualitario o el «divorcio express», no son más que una cortina utilizada para tapar reformas más globales de las que no se está hablando, no dejan de ser de suma importancia en el día a día de las personas. Sobre todo, de las mujeres. La agilización en los trámites de divorcio, dejando de lado las causales, el adiós a la definición de matrimonio como la unión de hombres y mujeres, y la no obligatoriedad de poner el apellido del hombre a los hijos, son algunos puntos a favor de los derechos de la sociedad contenidos en el proyecto de reforma del Código Civil y Comercial.

“Individualista y neoliberal”

En relación a las modificaciones del código, la ex diputada Liliana Parada (Unidad Popular), quien participó inicialmente de la Comisión Bicameral que trató el proyecto de la reforma, hoy lo cuestiona. Se refirió al tema en el programa Llevalo Puesto, de FM  La Tribu: «La reforma es una vuelta al neoliberalismo enmascarado», dijo y agregó que «hablar de divorcio express es el escudo que tiene este código para no adentrarse de lleno en sus modificaciones: relaciones laborales encubiertas y precarización laboral». Además, expresó: «No modifica aquellas leyes que el relato diría que sí hay que modificar. Por eso estamos en contra”. “Los jueces son los que tienen que interpretar la ley, no hacerla, sino la hacen interpretada”, indicó, en relación a que la propuesta original de reforma surgió del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y otros jueces.

Beatriz Rajland, vicepresidenta de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP), en diálogo con Notas expresó su descontento con la unificación de ambos códigos y sus principales reformas. «Los dos Códigos son privatistas de por sí, lo que se logra en este proyecto de reforma es que todas las instituciones mercantilistas se interpongan sobre las civiles. Es la mercantilización propia del modelo neoliberal de la etapa actual del capitalismo». Además dijo: «Este proyecto fue inspirado en uno inicial del menemismo, en la década del 90. El presidente de la Corte Suprema fue abogado de muchas empresas multinacionales, eso lo saben todos. A ellos les interesa mercantilizar entidades civiles».

Rajland agregó que «hay muchos diputados del Frente para la Victoria (FpV) que no están de acuerdo, sobre todo en las cuestiones de familia. Hay cosas que son muy terribles, como que los embriones son personas de acuerdo a la concepción del artículo 19».

Atentado a los derechos de las mujeres

En cuestiones relacionadas a los derechos de las mujeres, el artículo 19 es uno de los más controversiales, ya que trata el comienzo de la vida humana: principal punto de debate entre algunos sectores de la sociedad, movimientos feministas y proabortistas y sectores religiosos. En el mismo, hoy se establece que «la existencia de la persona humana comienza con la concepción en el seno materno», mientras que en el nuevo código, la mención al seno materno desaparece. Sumado a que en los casos de fertilización asistida se considerará la existencia de la persona a partir de la implantación del embrión. Si dejamos de hablar de la concepción en el seno materno, estamos presumiendo que el propio embrión ya es vida humana, idea que atenta a los principios establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En relación al derecho al aborto, en sí mismo no implicaría un retroceso al formulación, pero sí una reafirmación de la postura en contra del Estado argentino y una clausura a un debate que socialmente cada vez se impone de forma más contundente.

Una vez más el Estado Laico se ve amenazado por cierta tendencia a favor de la Iglesia Católica y sus concepciones, cuando se la considera como única institución de fe confesional considerada persona de derecho público.

Años de lucha de sectores del colectivo social para definir con exactitud conceptos que no dejen lugar a dudas y no atenten contra los derechos de las mujeres. Sin embargo, una reforma que se presume a favor de la sociedad y los derechos de las personas, no hace más que perjudicarla, si se hurga más profundo.

Jimena Sabbag – @JimeSabbag