Copa Libertadores: Entre un hola y un adiós

Así, «Entre un hola y un adiós», se llama una de las canciones que canta Joan Manuel Serrat en su disco Nadie es perfecto. Allí, el catalán, cuenta las desventuras de un amor que no se corresponde. Uno en el que todo parece ir al encuentro del siempre inalcanzable horizonte y que, como tal, con una finta se saca de encima a un jugador como lo hacía Ortega.

En ese recorrido, aunque con distintas experiencias de viaje, Boca, Racing y RIver ya están clasificados, mientras que Huracán, Estudiantes y San Lorenzo no saben si en octavos saludarán o solo desearán suerte.

Mientras escribo estas líneas, San Lorenzo, juega su resto contra el Corinthians en San Pablo. Está casi obligado a ganar. Situación similar a la que vivió River cuando el miércoles recibió al San José de Bolivia. Lo venció 3 a 0 con dos tantos de Mora y uno de Teo Gutiérrez. Y su clasificación fue posible por la victoria de Tigres de México 5 a 4 sobre el Juan Aurich en Perú.

Entre el primer gol de Mora y las vicisitudes de un partido jugado en la lejanía, River jugó un mal primer tiempo. El primero en reconocerlo fue el DT. Marcelo Gallardo es el jugador más importante que tiene el equipo de Nuñez. Lo sigue Mora, que cuando se cerraba la primera etapa abrió el marcador a la salida de un córner corto. Amplió apenas iniciado el segundo tiempo desde los doce pasos y luego el colombiano marcó el tercero.

River padeció este grupo de manera tal que siendo, quizás, uno de los mejores equipos del fútbol argentino obtuvo una sola victoria en seis encuentros y ocupará el último lugar de los equipos clasificados. Por dicha ubicación enfrentará a Boca en los octavos de final. La mesa está servida.

Boca venció a Palestino de Chile por 2 a 0 con tantos de Marín y Calleri. Seis victorias en seis partidos son el kilometraje de un equipo que se muestra compacto y capaz de afrontar todo tipo de riesgos sin importar el rival de ocasión. Más pragmático que estético, el equipo dirigido por Arruabarrena, puntero en el torneo local, se presenta como un hueso duro de roer para cualquiera que se cruce en su sendero. Octavos viene con clásico incluido. Los genuinos hinchas sufrirán hasta el fin. Los neutrales a la mesa servida le agregaron una botellita de vino y unos carbones.

Pero la semana de copa para los equipos argentinos comenzó en la misma sintonía. Huracán en primer turno derrotó por 3 a 1 al Cruzeiro. Mientras que Racing dio vuelta un 2 a 0 frente al Tachira. El martes Parque Patricios y Avellaneda festejaron un «hola» pero al equipo de Apuzzo todavía le queda escribir un capítulo. Dos del goleador Wanchope Ávila y otro del defensor Mancinelli posibilitaron la victoria del Globito que depende de si mismo en su viaje a Venezuela.

Racing le puso suspenso a asegurarse el primer puesto de su grupo. De local recibió al modesto Tachira y lo venció 3 a 2 con goles de MIlito, Bou y Fernández. Guaraní obtuvo el segundo lugar en su grupo al empatar con el Sporting Cristal de Perú. El destino en octavos de ambos equipos aún es una incógnita. Racing tiene con que.

Acaba de terminar el partido de San Lorenzo. Fue empate en cero frente al Corinthians. En cualquier otra situación podría considerarse un buen resultado, en esta, una remota posibilidad de lograr pasar de ronda. San Pablo venció de visitante a Danubio sobre la hora y se posicionó como el segundo clasificado del grupo 2 de la Copa.

Comienza a cerrarse una etapa y abrirse otra. Son distintas. Tres de los seis equipos argentinos han logrado su clasificación a los octavos. Otros tres, en vez de esperar deben buscar, ganarse un lugar entre los 16. Boca, Racing y River cruzaron el puente. Huracán, San Lorenzo y Estudiantes miran el vacío que se abre a sus pies.

En una semana se cierra la fase grupos. Hay quienes dicen que ahora empieza otra competencia. Una en la que solo existe decir Hola o Adiós.

Federico Coguzza – @Ellanzallama