Cocina

25 agosto, 2015

Pizzerías por los barrios porteños

La pizza es una gran porción del patrimonio cultural de la gastronomía porteña heredado de nuestras raíces italianas. Los porteños se han apropiado de esta pieza de masa, tomate y queso y han diseminado la formula por la ciudad entera. Un repaso de las mejores pizzerías fuera del circuito de la calle Corrientes y el barrio de Chacarita.

La pizza es una gran porción del patrimonio cultural de la gastronomía porteña heredado de nuestras raíces italianas. Los porteños se han apropiado de esta pieza de masa, tomate y queso y han diseminado la formula por la ciudad entera y por esto, nuestra pizza es afamada mundialmente por la variedad, sabor y color particular, ese que le imprime Buenos Aires.

Hay más de 700 pizzerías en la ciudad: pizza al molde, a la piedra, pizzas napolitanas con denominación de origen, pizza rellena y cuadrada, pizza popular y pizza canchera, entre otros. Somos la tercera capital de la pizza, después de Italia y Estados Unidos con Nueva York siendo el foco de mayor consumo.

La pizza es un alimento con una base de ingredientes muy económica y accesible, algunos discuten que la diferencia en la calidad o sabrosura está en el tipo de horno, el espesor de la masa o el tipo de queso. La discusión está abierta. Sin embargo, no hay un tipo universal de pizza y menos en Buenos Aires donde la riqueza está en su amplísima diversidad.

Entre tanta abundancia de oferta esta nota viene a ordenar un poco el caos pizzero y a invitar a los lectores a salir de los circuitos clásicos de calle Corrientes y Chacarita. Los invitamos a animarse e internarse en los barrios porteños. Estas son las cinco pizzerías tradicionales de barrio, con horno de leña y elaboración a la vista de paraje obligatorio.

La Guitarrita – Cuba 3300 (Nuñez)

GuitarritaQueso dorado de pizzas gratinadas salidas del horno a leña: con ese equipo sale a la cancha un clásico de Núñez desde 1963. La estética de La Guitarrita está plagada de camisetas, cuadros, recortes de diarios con motivos de deportes, especialmente fútbol. Claro, fue fundada por dos ex jugadores de ese deporte: Mario Boyé (Boca Juniors) y René Pontoni (Racing Club). Vino en pingüinos, fainazzeta y clima de cancha. Bien vale el colectivo hasta el norte de la ciudad para probar un clásico de clásicos.

El codo de oro – Alberti y Catulo Castillo (Parque Patricios)

Desde la profunda Buenos Aires, una esquina nos regala una pizzería con sabor a barrio, estética vintage y cálida atención. Fundada en 1972, de la mano de Adrián Castro, sigue ofreciendo la misma pizza crocante con salsa casera y fresca que cuando el joven flaco Menotti se sentaba en sus mesas a hablar de fútbol con amigos. Un cuadro firmado por “El Diego” de 1979, la pizarra Dataloid con precios y la fugazzeta rellena son parte del folklore del codo o “el codito” para los vecinos.

Ferreiro – Av. Ángel Gallardo y Valentín Virasoro (Caballito)

ferreiro3Pizzas únicas en su estilo: abundante en ingredientes y crocante sin parangón. Esquina decorada con afiches de El Gráfico antiguos y heladera, barras, sillas y mesas originales del 1974, año de su inauguración. El sabroso faina color oro, la lluvia de provolone de la pizza que lleva ese nombre y el dulzor del moscato “La Quebrada” hacen de Ferreiro una experiencia sensorial. El centro geográfico de la Ciudad esconde una de las mejores pizzas de Buenos Aires.

Mazacote – San José y Chile (Montserrat)

Local de 1981, sobrio y monótono, no obstante, el aroma a masa y queso fundiéndose en el horno gigante del fondo hace las veces de decorado y genera un clima muy particular. Pizza generosa en ingredientes y suave faina de alto espesor. Es muy concurrido por familias y poblado de largas colas de los que esperan para llevar y comer en sus casas. Ambos, indicadores de la excelente calidad en pizzas y empanadas del Mazocote.

Los Campeones – Montes de Oca 856 (Barracas)

Desde 1954 haciendo pizzas en horno de leña en el pintoresco Barracas. Aunque atravesada por la estética de los 90 de los pizza-café, tiene alma de barrio y varios cuadros recordando a equipos campeones de Argentina. Tiene el horno a la vista como epicentro del local: ahí se ven las capas interminables de queso y copiosos ingredientes que le agregan los maestros pizzeros a la masa que acaban de golpear contra el mármol. El moscato y el faina merecen un párrafo aparte. Campeones en serio.

Florencia Migliorisi – @flormigliorisi

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