Paraguay: el presidente se comprometió a cumplir las demandas estudiantiles

Este jueves el presidente paraguayo, Horacio Cartes, recibió a las organizaciones estudiantiles que desde hace más de una semana venían realizando protestas y habían tomado 130 colegios en todo el territorio nacional. El mandatario se comprometió a cumplir con las demandas y la medida de fuerza fue levantada.

Mediante la firma de un acta acuerdo el jefe de Estado aceptó todos los reclamos de las y los estudiantes: la derogación de la resolución 4613 que reglamenta la conformación de Centros de Estudiantes; declarar la emergencia nacional en el ámbito de infraestructura a las instituciones educativas en estado crítico; y conformar una Mesa de Trabajo con implicancia resolutiva conformada por todos los miembros de la comunidad educativa.

Como contrapartida la Organización Nacional Estudiantil (ONE), la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (FENAES) y la Unidad Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (UNEPY) levantarán las tomas de los colegios.

“Muy contentos todos queremos decir que logramos nuestro objetivo, la firma del ministro de Educación y del presidente Horacio Cartes. Con la firma el presidente se compromete con la ciudadanía en general y con los estudiantes, que ya no haya corrupción y que haya una buena educación”, declaró al salir de la reunión Johana Romero, secretaria ejecutiva de la FENAES.

Por su parte el nuevo ministro de Educación, Enrique Riera, sostuvo: “Finalmente se hizo la paz, mañana van a volver al colegio, la cosa iba en aumento, entonces era necesario darle prioridad a las tomas. Desde que asumí empecé a enviarles mensajes de amor”.

El funcionario también se comprometió a abordar los conflictos puntuales que no estaban incluidos en el pliego general de demandas y que siguen pendientes. Es el caso del colegio Vicepresidente Sánchez, donde los secundarios continúan con la toma ya que exigen un nuevo edificio para estudiar hasta que se lleven a cabo las obras del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide). Situación similar se vive en el Colegio Fernando de la Mora.

Nueve días, una ministra en el camino y un triunfo

El 3 de mayo comenzó en Asunción, capital de Paraguay, un movimiento que cobró una magnitud inesperada. Estudiantes secundarios comenzaron tomando un colegio y la medida rápidamente se expandió por todo el país.

Uno de los puntos centrales del reclamo era la derogación de la mencionada resolución 4613. Según explicó la UNEPY en un comunicado, “la Resolución 4613 asume atribuciones que no puede tener, imponiéndonos modelos de organización de centros de estudiantes que extralimitan lo que establece tanto la Ley 3488 de 2008 como los códigos Civil y Electoral”.

De acuerdo a la información difundida por los estudiantes esta medida gubernamental limitaba la libertad de reunión y asociación (garantizada en el artículo 32 de la Constitución de Paraguay); buscaba incidir sobre el contenido de los estatutos de los centros de estudiantes estableciendo principios y funciones lo cual va en contra de lo establecido por la ley 3488 de 2008 que garantiza la “total autonomía”; e imponía que las asambleas de los centros de estudiantes sean “monitoreadas” y “acompañadas” por un docente designado por la dirección de la institución educativa, violando nuevamente la autonomía.

También quitaba la representatividad del conjunto estudiantil al centro de estudiantes “poniéndolo al mismo nivel de un club deportivo o una academia literaria”, y abría el camino para que “el director digite la presencia estudiantil en el EGIE (Equipo de Gestión de la Institución Educativa) el órgano de gestión del colegio, poniendo allí al ‘representante estudiantil’ que más le agrade”.

Los otros dos puntos -también aceptados por el gobierno- eran al declaración de la emergencia en infraestructura escolar y la creación de una mesa de trabajo donde se avance sobre: el aumento de la inversión en la educación, la mejora de formación docente, la reforma estructural del sistema educativo y del ministerio que lo regula y la inclusión del almuerzo escolar.

Pero durante estos nueve días de protesta sucedió algo más. Y es que el conflicto comenzó con una ministra de Educación y terminó con otro. La ministra de Educación hasta el jueves 5 de mayo, Marta Lafuente, fue acusada por el movimiento de corrupción, mal manejo de la cartera educativa e incumplimientos de compromisos asumidos con el estudiantado.

A pesar de negar todas las acusaciones, Lafuente presentó su renuncia al presidente Cartes. Al anunciarlo dijo que se retiraba “con el honor intacto” y tras haber “cumplido su misión”. En su reemplazo fue designado a comienzos de esta semana Enrique Riera.

El nuevo ministro se mostró mucho más abierto a dialogar al señalar que “todos los reclamos estudiantiles son razonables, por lo que hay que sentarse a hablar con ellos”.

Las organizaciones estudiantiles manifestaron su rechazo a Riera “considerando los nefastos antecedentes de sus gestiones anteriores en donde mostró su total falta de responsabilidad y capacidad al estar al frente, pero sobre todo su falta de conocimiento en el ámbito educativo”.

De todas formas plantearon también su “predisposición y buena voluntad de subsanar parte de esta crisis”, aunque con la “condición indeclinable de que el presidente Horacio Cartes acceda a reunirse y firme el documento de compromiso con los tres puntos de carácter innegociable”. Este jueves lograron su objetivo y consiguieron el triunfo.