«En Perú se fortalece el neoliberalismo»

En Argentina, alrededor de 86 mil electores de nacionalidad peruana emitieron su voto, aproximadamente el 70% del padrón. En total, son unos 250 mil peruanos que hacen vida en el país, pero sólo la mitad están habilitados para hacerlo.

Juan Carlos Hoyos Molina es integrante del Frente Amplio por la Justicia, Vida y Libertad (FA) en Argentina. Durante los últimos meses trabajó dentro de la estructura de campaña, que se concentró en la dar a conocer la experiencia del FA y su candidata, Verónika Mendoza. El 10 de abril, en la primera vuelta de estas elecciones, los integrantes del FA en Argentina participaron fiscalizando en las únicas 5 mesas dispuestas en Buenos Aires, donde las colas se extendieron por más de dos cuadras.

Ese día, el FA logró el 18,74% de los votos, que le asignó 20 escaños parlamentarios, aunque no alcanzó para entrar en el ballotage. La posición que adoptaron frente a la segunda vuelta fue la de integrar la campaña de repudio a la familia Fujimori, encarnada en la candidatura de la hija del ex dictador, Alberto Fujimori. Con el lema «Keiko no va», miles de jóvenes marcharon por las calles limeñas y sostuvieron actividades durante las últimas semanas.

Por su parte, Verónika Mendoza afirmó días antes del ballotage que votaría por PPK, no como una opción, sino contra Keiko. «Hoy, votar en blanco o viciado favorece en el conteo final a Keiko, por eso solo queda marcar el símbolo de Peruanos Por el Kambio (PPK)”, expresó Mendoza.

En dialogo con Notas, Hoyos Molina compartió el análisis que realizan sobre el proceso electoral y sus resultados, los nuevos actores que irrumpen en el escenario político y la próxima etapa en el Perú.

– ¿Cuál es el análisis que realizan sobre esta segunda etapa de las elecciones y sus resultados?

– Esta segunda etapa del ballotage entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski nos puso en una encrucijada. Para comprender lo que sucede en el Perú hay que reducirlo a un binomio muy simple que es una derecha popular, la de Keiko,  contra una derecha elitista, la de Pedro Pablo Kuscinsky, a quien lo apoya gente de la clase media y la clase alta.

Este binarismo no presenta una contradicción ni una polaridad, como se está queriendo presentar ahora, ni una fragmentación de la sociedad peruana. Es el resultado y la cosecha de la dictadura del fujimorismo que engendró un sentido común de derecha en nuestro país.

– ¿Cómo se explica ese sentido común de derecha de la sociedad peruana?

– Creo que durante la segunda parte de la dictadura de Fujimori, entre 1995 y 2001, tuvo un rol protagónico la proliferación de medios escritos muy baratos, de muy bajo costo, que nosotros los llamábamos los ‘periódicos chicha’. Esto es, prensa amarillista, muy funcional al gobierno de Fujimori porque encubrían los actos de corrupción con «cortinas de humo».

Otro factor importante fue la precarización laboral, que es un factor muy alineado al neoliberalismo, y que rompió y descompuso el cuerpo social. Esos dos componentes creo que fueron los que produjeron lo que ahora está pasando en el Perú.

– ¿Qué conclusiones sacaron del proceso electoral y su participación?

En la primera etapa sí hubo una irrupción de la izquierda, con un 18% de votos que logra Verónica Mendoza sumado a otras fuerzas como la de Gregorio Santos que obtuvo un 4%. Entonces ahí sí sucede algo nuevo que hace que nos preguntemos «¿qué está pasando?» y «¿se está rompiendo ese sentido común?».

Aunque esta segunda etapa es desalentadora, esa primera etapa es importante porque nos hace ver que hay una nueva franja etaria, una generación que tiene de 30 años para abajo, está buscando una manera de hacer política distinta. Esto puede explicarse a partir de que quienes éramos pequeños durante la dictadura fujimorista no vivimos esos miedos que el fujimorismo supo inculcar en la gente de más edad. Creo que la proscripción de la izquierda,  a partir de la Constitución fujimorista y neoliberal de 1993, lo que hizo fue construir en esa generación que tenía 40 años el miedo, el cese de la participación política, el resguardo de los puestos de trabajo a partir de la precarización laboral.

Pero los hijos, felizmente, no tenemos ese miedo. Fuimos construyendo una ciudadanía un poco más demandante. Esas personas, de una generación anterior, se redujeron como ciudadanos al sufragio y a pagar los impuestos, sin tener ninguna otra participación política.

Nosotros hemos retomado tradiciones antiguas. Porque si hay algo que ha generado esta primera etapa de elección es volver a haber puesto en la agenda pública debates que habían sido clausurados con la proscripción de la izquierda. Todo debate o todo anhelo de conflictivizar problemáticas sociales en el Perú, era tachado con el rótulo de «terrorismo».

– ¿Y cómo se expresa esa nueva generación?

Bueno, a mí algo que me parece genial es que estos debates irrumpan en el ámbito de los medios de comunicación, debates que habían sido clausurados por el fujimorismo. Es una eclosión alentadora pero que nace justo también de una iniciativa de Humala, que quiso alentar el trabajo juvenil, el trabajo joven con medidas de precarización laboral terribles, con contratos basura y eso hizo que la gente empezara a salir a las calles. Otra cosa es la cuestión medioambiental también».

Por eso el Frente Amplio, como partido político, supo reunir todas esas demandas minúsculas, porque son pequeños lugares de lucha, pero que hermanadas, reconstituyendo el cuerpo social peruano, permiten tener demandas más grandes y visibilización.

– ¿Cuáles son los pasos siguientes que se proponen como FA en esta nueva etapa?

– El Frente Amplio se constituyó para participar en estas elecciones presidenciales a fines de 2015. Ahora la figura de liderazgo en Verónica Mendoza  que fue elegida democráticamente. Está compuesto por organizaciones medioambientales, de base, territoriales, gremiales, entre otras. En Argentina, la organización continuará como una organización territorial luego de las elecciones, pensando en desarrollar cooperativas de producción, aunque todavía es un anhelo. Esto es nuevo, porque inicialmente nos conformamos a partir de un objetivo concreto que era visibilizar el FA aquí en Argentina.

Lo que sí hay que resaltar es que ahora somos una fuerza importante dentro del Congreso Constituyente Democrático del Perú,  así que creo que desde ahí se va a dar el debate en el marco de la constitucionalidad de una democracia que yo considero más restitutiva que representativa o mucho menos participativa. Pero está bueno tener un lugar allí y que la izquierda dé los debates, esté presente, y de alguna manera no nos excluya del espectro político peruano que había sido muy reducido después de la proscripción de la izquierda.

Lamentablemente, en Perú el neoliberalismo en el poder es un continuismo. No es una irrupción o una vuelta dentro del carácter continental que tenía cierto carácter progresista. Creo que se fortalece y creo que la diferencia fundamental entre PPK y Keiko es la criminalización de la protesta y la persecución política que iba a desplegar un posible gobierno de Keiko Fujimori. Si hubiera sido electa sería terrible, un muy mal ejemplo para la región que el Perú eligiera a la hija de un ex dictador, una persona que está encarcelada por crímenes de lesa humanidad.

El panorama es desalentador igualmente, lo importante será que el nuevo presidente no busque acabar con esta masa emergente de jóvenes que están participando en la política y que de alguna manera le hace frente a esa historia que no quiere ser reconocida por mucha gente en el Perú, la historia de la dictadura fujimorista.

Micaela Ryan – @LaMicaRyan