América Latina

1 diciembre, 2016

Mujeres de las FARC: “El mayor reto es la implementación de los acuerdos”

Manuela formó parte de la Subcomisión de Género durante los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, representando a esta organización. En este diálogo con Notas, repasa el trabajo realizado desde esta perspectiva en una experiencia inédita.

Manuela formó parte de la Subcomisión de Género durante los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, representando a esta organización. En este diálogo con Notas, repasa el trabajo realizado desde esta perspectiva en una experiencia inédita.

La militante informó que la mayoría de las integrantes de las FARC se encuentran en los campamentos alistándose para comenzar el proceso de paz. En este sentido, luego de la ratificación de los acuerdos por parte del Congreso, los y las integrantes de las FARC ya se están movilizando hacia las zonas veredales donde comenzará el proceso de desarme y transición de la organización.

– ¿Cómo fue el proceso de trabajo de la Subcomisión de Género en el marco de los diálogos de paz y de la construcción de los acuerdos?

– Desde que inició el proceso de paz las mujeres farianas hemos estado ahí, igual que en la guerra. La Subcomisión de Género se creó el 10 septiembre de 2014 con el objetivo de contener las necesidades y reivindicaciones específicas de todas las mujeres colombianas. Se creo gracias a la fuerza, al respaldo y a la exigencia de las organizaciones de mujeres en Colombia que en todos los escenarios hicieron sentir su voz. Allí se trataron las especificidades de las mujeres en la guerra pero también en la construcción de una paz estable y duradera.

El objetivo de la Subcomisión fue revisar cada uno de los puntos de la agenda de paz -tanto los que ya se habían discutido como los que debían aún abordarse- y garantizar que en ellos se manifiesten de manera explícita las reivindicaciones y necesidades urgentes de las mujeres colombianas.

Tanto las guerrilleras como las delegadas del gobierno revisaron todos los puntos y se dedicaron a incluir cada uno de las sugerencias y propuestas que llegaban desde las organizaciones de mujeres en Colombia. Esto es un ejercicio inédito y ha sido para nosotras el mayor reto. Nunca antes en un proceso de paz en ninguna parte del mundo había existido una Subcomisión de Género. Requirió de mucho trabajo y sacrificio desde ambas partes, pero hemos llegado a resultados muy satisfactorios.

El reto también fue cómo entendernos con el gobierno nacional en ese tema, que como en todos, tenemos visiones completamente opuestas. Nosotras, las mujeres insurgentes que venimos de una organización político-militar, que hemos hecho un ejercicio político, y que desde que ingresamos a las FARC hemos roto todos los roles establecidos que nos había impuesto la sociedad en la medida que somos mujeres libres, que tenemos decisión sobre nuestro cuerpo, y que tenemos de manera igualitaria los mismo derechos y deberes que nuestros compañeros. Tenemos una visión distinta de la realidad porque hemos hecho ese ejercicio, que nos ha venido empoderando y brindado muchos elementos que queremos ahora poder transmitir a  la sociedad a la que nos vamos a incorporar.

La visión del gobierno fue, en sus inicios, bastante superficial en lo que tiene que ver con género. Lo que se pretendía es hacer una revisión para «adornar» el acuerdo con el lenguaje y que con eso ya quedábamos incluidas nosotras. Partimos de una decisión bastante fuerte de nuestras camaradas que estuvieron desde el comienzo en la Subcomisión, y de manera muy valiente, logrando adecuar la institucionalidad colombiana, que obviamente y como todo está diseñada para excluir a las mujeres. No existe una institucionalidad preparada para garantizar los derechos de las mujeres y las poblaciones vulnerables como la LGTBI. Es una discusión muy fuerte que implica que el gobierno brinde las garantías de estos derechos. Yo creo que fue una decisión muy fuerte que se pudo hacer gracias a la asesoría de organizaciones de mujeres en Colombia que vienen trabajando este tema desde hace muchos años, como de aportes de mujeres de otros países que nos han aportado en distintos encuentros que hemos hecho.

Creemos que a partir de todos los aportes que hemos recibido y la riquísima experiencia de aprendizaje ahora nos toca a nosotras poder aportar en procesos de otros países.

El año pasado entregamos el resultado del trabajo de la Subcomisión. Hay que decir que las delegaciones aceptaron el trabajo y tuvo mucho reconocimiento de su parte. Nosotras quedamos muy satisfechas con el resultado. Si bien estamos convencidas que fue un gran trabajo, también sabemos que este no fue el mayor reto que debíamos enfrentar.

El mayor reto es la implementación. Que todo esto que se logró, sea real y se lleve a la práctica. Estamos convencidas que no lo vamos a lograr las mujeres de las FARC sino todas las mujeres de Colombia con el respaldo internacional que ha sido hasta ahora y lo será, garante de la implementación.

– ¿Qué pasó con la cuestión del enfoque de género luego de que en el plebiscito ganara el “no”?

– Nosotras revisamos e incluimos el enfoque de género en todos los acuerdos. Pero ha existido una enorme campaña de desprestigio en los medios y para ello inventaron la idea de la famosa “ideología de género”. Lo que buscan es desvirtuar y deslegitimar los acuerdos. Para nosotras fue bastante duro, después de un trabajo tan largo y poder responderle a las organizaciones de mujeres, que hayamos sido víctimas de un chantaje y, sobre todo, a partir de mentiras.

En el proceso que se inició a partir del plebiscito y sus resultados negativos también se inició un gran movimiento social para defender los acuerdos. Eso generó que muchas mujeres y hombres que no eran cercanos ni conocían los acuerdos, que estaban de acuerdo con la paz pero no eran “militantes” de la paz, despertaran con esos resultados y se sumaran a esta enorme movilización por la paz. En este nuevo momento que se abrió a partir del plebiscito, donde nos sentamos a escuchar las inquietudes, surgió el tema de la familia, que muchas personas consideraron que se veía “afectada” por el acuerdo. Hay que decir que la discusión fuerte ahí es que quienes se oponen no lo hacen por este tema puntual, sino que se oponen a que los desposeídos tengamos derechos, en general. Por su concepción patriarcal les es imposible entender cual es la dimensión que planteamos nosotras para las mujeres y población LGTBI.

Estas personas pretendieron cambiar los acuerdos para que quede consagrado el derecho a la familia como está consagrado en la Constitución pero lo que nosotros explicamos es que eso no es mandato ni un tema que depende de este proceso de paz. Tampoco estos acuerdos tendrían sentido si marcaran un retroceso en los derechos ya adquiridos en Colombia, específicamente de las mujeres y la población LGTBI.

Nosotros tenemos nuestra propia concepción de familia pero no las vamos a imponer en un acuerdo de paz.

Aquí de lo que se trata es de resolver un conflicto que tiene raíces estructurales  en causas políticas muy profundas. La guerra en Colombia no comenzó por si la familia es de hombre o mujer, por lo tanto eso no le compete a un acuerdo de paz.

Las FARC van a estar defendiendo todos los derechos de las mujeres y las poblaciones LGTBI junto a las organizaciones, pero eso no implica que en los acuerdos estén consignados. Esa es una lucha que nos espera, y que vamos a dar con mucho entusiasmo.

Noelia Figueroa – @Noelia_Figueroa y Micaela Ryan – @LaMicaRyan

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