La Casa del Queso: “Los dueños no aparecen”

Los y las trabajadoras del tradicional restaurante del barrio porteño de Almagro mantienen una ocupación del local de la calle Corrientes desde que retornaron de las vacaciones y lo encontraron cerrado y vaciado. “Lo más grave va a ser cuando llegue fin de mes”, dijo Vilma, una de las empleadas, a Notas.

A principio de año La Casa del Queso, cito en Corrientes al 3500, cerró sus puertas. Cuando el personal volvió de sus vacaciones se encontró el local cerrado y sin mercadería. Los dueños alegaron “no tener plata” y no sólo no notificaron formalmente a las y los empleados sino que tampoco pagaron ningún tipo de indemnización o compensación. Desde entonces, los trabajadores mantienen ocupado el local, preocupados por el futuro de sus puestos de trabajo y analizando convertirse en una cooperativa para gestionar el restaurant.

“Tenemos mucha esperanza de que esto vuelva a funcionar. No queremos perder la fuente de trabajo”, dijo Vilma a Notas.

La trabajadora anticipó que si los dueños no reabren el local, es una posibilidad “por ejemplo armar una cooperativa y tratar de que el negocio funcione de nuevo. O que el dueño liquide y nos pague lo que corresponde”. “Pero largarnos sin un peso no me parece”, agregó.

La Casa del Queso tiene 20 personas empleadas, en su mayoría con antigüedad en el puesto que llega hasta los 30 años. “El dueño real, que es el señor Nelson Antonio nos dijo que no tenía plata para pagarnos y listo”, contó Vilma.

Ante la pregunta sobre la situación económica del local durante el año pasado, la empleada contó que “el negocio estaba trabajando bien, normalmente. La baja durante el año no fue mucha a pesar de la crisis económica que hubo. Daba para seguir trabajando”.

“Mientras estábamos de vacaciones vino en persona a llevarse todo. Vació todas las heladeras, toda la mercadería. Nos dejó en la calle”, relató Vilma. “Una de las noches apareció y se llevó todo en una camioneta. Nos cortó el gas”, sumó. “Estamos trayendo lo poco que tenemos en nuestras casas. Lo grave va a ser cuando llegue fin de mes y no tengamos para pagar nada de nuestros gastos”, subrayó.

También aseguró que los y las vecinas y clientes habituales “están dando total apoyo. Dicen que si necesitamos cualquier cosa (como agua y comida) nos van a ayudar”.

“El problema es que los dueños no aparecen”, planteó Vilma. “Estamos hablando a ver si los proveedores nos venden un poco de fiambre para ir vendiendo y poder comer en el día a día”, comentó, “vamos a atender el negocio en la vereda”.

“Estamos económicamente muy mal”, concluyó la trabajadora.