Edenor avanza con la instalación de medidores prepagos

La distribuidora de energía eléctrica Edenor comenzó a implementar en las últimas semanas un peligroso cambio en su servicio: la instalación de medidores eléctricos prepago para los usuarios de bajos recursos a los que se les cortó la electricidad por falta de pago.

El mecanismo de uso de los nuevos medidores exige que el usuario se acerque a alguno de los centros de venta de energía eléctrica y compre la cantidad de kilowats que estima que consumirá o que le alcanza para pagar. La empresa le dará un código por los Kw abonados que deberá ser ingresado en el nuevo medidor para habilitar el consumo correspondiente, que se cortará al llegar a la cifra prepagada.

Con apoyo de las diversas gestiones locales ya se venía avanzando en esta práctica en municipios de la zona norte tales como Escobar, Merlo o Moreno. Ahora también el intendente PRO de Pilar, Nicolás Ducoté, anunció su intención de avanzar con la instalación de este tipo de medidores “en zonas de alta informalidad”, con altos niveles de usuarios “colgados” a las redes eléctricas. “Hay mucha gente que está en la informalidad y quiere sumarse al sistema, para tener un servicio acorde, en el que pueda reclamar y hacer uso de sus derechos, pero no puede. O porque no le dan medidores, o porque no hay. Con estas medidas, apuntamos a favoreces a todo ese sector”, explicó el intendente.

Servicios Energéticos del Chaco Empresa del Estado Provincial (Secheep) también contempla la instalación de este tipo de medidores y en su página enumera los “beneficios” del sistema de “energía prepaga”. Entre ellos destaca: “Autogestión y administración del gasto en energía eléctrica. Posee un simplificado sistema de adquisición de energía eléctrica para su consumo y de fácil carga de los códigos a través del teclado del medidor. No posee fecha de vencimiento que recordar. No hay cobro de intereses por mora. El usuario compra la energía de acuerdo a sus ingresos. A diferencia del método tradicional, con este sistema podrá controlar el monto que desea comprar,  la fecha en que desea pagar y la cantidad de energía que desea consumir”.

Pero lo cierto es que, más allá del discurso de la “regularización” de los “colgados”, ahora Edenor (que ha sido beneficiada con importantísimos incrementos de tarifas y condonación de deudas, lo que le ha permitido a su dueño, Marcelo Mindlin, incluso adquirir la empresa IECSA del primo presidencial Ángelo Calcaterra en una operación millonaria) ha comenzado a reemplazar los medidores tradicionales por prepagos para los usuarios de bajos recursos que han sufrido cortes por falta de pago.

Claudio Boada, titular de la Unión de Usuarios y Consumidores, explicó a Página 12: “Lo que está sucediendo en varias localidades del Gran Buenos Aires es que Edenor le retira el medidor a usuarios morosos de escasos recursos, pero sin cortarle el servicio; después de un par de semanas, les coloca un medidor nuevo con el sistema prepago, por el cual el jefe de hogar debe concurrir a las oficinas de la empresa para notificarse y empezar a hacer el pago anticipado por tarjeta, lo que le habilita el consumo de una determinada cantidad de kilowatts hora; como no hubo cortes del servicio, la gente no se queja”.

Luego de recordar que cuando se intentó avanzar con un sistema similar en Merlo a inicios del 2000, y más recientemente también en San Isidro, la iniciativa no prosperó por el rechazo de usuarios y entidades defensoras, Boada advirtió que se sigue planteando un tajante rechazo al mecanismo “porque va a provocar que a los hogares más humildes no se les garantice el suministro mínimo indispensable, porque va a poder consumir sólo hasta donde le alcance con la tarjeta prepaga, y así se pierde el concepto de servicio público”.

El sistema se está implementando sin ningún tipo de consideración para con los usuarios electrodependientes, que necesitan un suministro constante por diversos motivos de salud. Esta población se encuentra absolutamente en riesgo con el sistema de medidores prepagos ya que, incluso si tuviera el dinero necesario para pagar una nueva recarga, si se cortara el suministro en un feriado o día sin atención, se encontraría con un escenario de varias jornadas sin poder hacer uso de la electricidad.

Mauro Stefanizzi, padre de un niño de 2 años que sufre de displasia e hipertensión pulmonar y requiere conexión permanente a un concentrador de oxígeno eléctrico, denuncia: “Está en juego la salud de nuestros hijos, aunque ellos sólo nos vean como consumidores”. Y agrega que, más allá del peso extra que implicó el tarifazo eléctrico, el mecanismo prepago “es un problema más para nosotros porque a los problemas que ya tenemos, como la atención de nuestros hijos y cubrir sus necesidades, ahora se nos suma este obstáculo burocrático”.

Stefanizzi comentó también que se encuentran a la espera de que avance un proyecto de ley sobre usuarios electrodependientes que han presentado: “La primera solución sería la exención de los impuestos, pero el problema de fondo es que nuestro proyecto de ley sea aprobado porque eso permitiría la creación de un registro nacional regulado por el Estado y no por la empresa, porque está en juego la salud de nuestros hijos”.

En varios países de Europa el sistema de electricidad prepago ya es norma e incluso ha generado la aparición de los llamados nuevos “pobres energéticos”. Tras años de ajustes y aumentos tarifarios, quienes “no pueden hacer frente a las tarifas de energía relativas al normal funcionamiento de su hogar” ya suman 54 millones. El fenómeno ha provocado más de 40 mil muertes tan sólo en el invierno pasado cuando millones de usuarios debieron elegir entre calefaccionar su casa o comer.