A buscar la lluvia hasta China

El presidente Mauricio Macri no descansa. Mientras 40 millones de argentinos duermen, él está trabajando en China, porque el huso horario lo obliga. Desde el domingo en que arribó a la República Popular mantuvo reuniones con su par Xi Jinping y con empresarios del gigante asiático en un Foro de Negocios e Inversiones.

En su primera visita oficial, Macri y Xi Jinping firmaron más de una decena de proyectos que hipotéticamente implicarían inversiones por casi dos decenas de millones de dólares. Cristina Fernández de Kirchner afirmó a través de su canal de Telegram que 10 de los 16 proyectos firmados son acuerdos alcanzados en su gestión. Asimismo, denunció que Macri había acusado de inconstitucionales a esos acuerdos en una carta que envió al embajador chino durante la campaña presidencial de 2015.

De hecho, el gobierno chino habría puesto como condición para concretar nuevas inversiones que se reanude la construcción de las represas Kirchner y Cepernic en la provincia de Santa Cruz, que se encuentran suspendidas por una cautelar de la Corte Suprema tras una acción de amparo ambiental.

Los acuerdos firmados o renovados este 17 de mayo involucran la construcción de centrales nucleares en Atucha y en Río Negro, implicando financiamiento por más de 12 millones de dólares. Además, 400 millones de dólares para financiar un parque solar en la provincia de Jujuy (cuyo Gobernador Gerardo Morales acompañó la comitiva oficial).

También hay lluvia de financiamiento para la cartera que conduce Guillermo Dietrich: por un lado 2.4 millones para el ex San Martín Cargas, y por el otro la reactivación de la renovación del Belgrano Cargas.

Este último no es un emprendimiento nada ajeno a la familia presidencial. De hecho, Franco Macri se presenta como “Consejero Senior de la República China para Inversiones en Latinoamérica” en la web y las redes sociales. En su página oficial, el padre del presidente asume que la reconstrucción del Belgrano Cargas había sido el mayor proyecto al que se había dedicado. Varios acuerdos y visitas oficiales entre 2010 y 2014 se gestaron entre ambos países. El interés de China en esta empresa se justifica fácilmente: bajar el costo del transporte de la soja de silos a puertos, además de la oportunidad de vendernos material ferroviario.

El presidente argentino también se reunió con la CEO de la empresa Chery Automovile en la que auguraron incrementos en las ventas de automóviles de esa marca en argentina. Otra vez un negocio que no le es ajeno al presidente, puesto que el Grupo Socma cuenta entre sus operaciones a la firma Chery-Socma, importadora de la marca autos chinos Chery en la Argentina desde 2008.

Pero no toda la gira fue de negocios para el grupo de la familia presidencial. Macri también pensó en las pymes y en el campo. El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) firmó un acuerdo con el Banco de Desarrollo chino para financiar proyectos productivos de pequeñas y medianas empresas en actividades específicas (energías renovables e infraestructura energética, y manufacturas agrícolas.

Asimismo, el orgullo de volver a ser el granero del mundo parece desprenderse de cada declaración del presidente: “La Argentina produce alimentos para 400 millones de personas y aspiramos duplicarlos en los próximos 5 a 8 años y estoy seguro de que con ayuda del empresariado chino el proceso será más exitoso”.

Julia Pena – @penajulia