¿Qué tiene que ver Las Toninas con Internet?

La respuesta no es «y mi abuelito patea calefones». Este miércoles la infraestructura de Internet en Argentina sufrió un revés y el servicio fue afectado momentáneamente en distintos puntos del país. Lejos de ser un hecho misterioso, todo se explica por la ruptura de un cable en la localidad balnearia.

«Capital nacional de Internet», se llama a sí mismo Las Toninas, una ciudad de 5 mil habitantes que es la puerta de acceso al mundo online de nuestro país. No es magia sino infraestructura concreta: un cable de fibra óptica que atraviesa el Océano Atlántico, propiedad de la empresa Level 3, fue instalado en el año 2000 y conectó a la Argentina a la red de redes.

Ese cable forma parte de un anillo interoceánico que bordea América del Sur y provee de señal a distintos países de la región. Se estima que cada cinco años aproximadamente hay un incidente como el de este miércoles, pero este mismo anillo de conectividad evita que los mismos pasen a mayores: se deriva de Atlántico a Pacífico el tráfico (o viceversa) mientras se repara el cableado correspondiente.

La empresa adujo este miércoles un «evento en un cable terrestre» (luego de salir del mar recorre dos kilómetros bajo tierra), que automáticamente redireccionó el tráfico a esas «rutas alternativas» y que «una vez solucionado el inconveniente volvió a su ruta original».

¿Por qué Las Toninas?

Alejandro Girardotti, gerente de Gestión y Desarrollo de productos para Latinoamérica de Level 3, explicaba hace un tiempo que en primer lugar, había que evitar el Río de la Plata «porque es una zona de mucho tránsito de barcos, que es el principal riesgo de corte para un cable. Además, el lecho del río es muy barroso y dificulta la instalación». Buscaban un lugar «que tenga mar y un lecho marino arenoso y Las Toninas es lo más cercano a Buenos aires que cumple con estas características».

La materialidad de la red

A pesar de lo que podría percibirse, Internet no existe en una especie de éter; su materialidad más tangible se expresa en 13 servidores “raíz” alojados principalmente en Estados Unidos y algunas ciudades de Europa. En última instancia toda la información que circula por la red desfila por ese puñado de instituciones que van desde universidades (la de Maryland, por ejemplo), hasta el Departamento de Defensa estadounidense, pasando por un laboratorio de investigación de la Armada de Estados Unidos y corporaciones y multinacionales varias entre las que se destaca VeriSign, responsable de emitir Certificados de Seguridad, como SSL.

A esta infraestructura se le suman los más de 300 cables submarinos de fibra óptica que transmiten datos, cual otrora hiciera el telégrafo. Por allí circula el 99% de los datos que recorren internet y su extensión alcanza para dar la vuelta al planeta 22 veces. El 72% del mercado mundial de este cableado lo maneja la empresa Level 3, cuya red principal conecta a más de 300 ciudades y 28 países de todo el mundo. Desde 2011, además, al comprar la compañía Global Crossing se convirtió en la mayor infraestructura en América Latina.

Sobre cables y servidores se monta el otro pilar de internet: los proveedores o ISPs (Internet service provider). Son las empresas que gestionan la conectividad. Usualmente -aunque no de forma exclusiva- se trata de telefónicas que aprovecharon su infraestructura ya montada para abrir una nueva área de negocios, como Telefónica y Telecom en Argentina.

El otro engranaje de la cadena son quienes se ocupan de conectar a cada ISP con los cableados centrales. Esta instancia es conocida como “backbones” (columna vertebral) locales y consiste en el alquiler de tramos de cables en cada territorio nacional. En el caso argentino, son las mismas telefónicas que luego o usufructúan directamente o subalquilan el uso a proveedores más pequeños.

Por último, sobre toda esa multimillonaria estructura, se asientan las “caras visibles” de internet. Empresas como Google, Facebook, Microsoft o Twitter -por solo nombrar las más conocidas- son quienes manejan, controlan y administran en primera instancia los datos que los 3400 millones de usuarios en todo el mundo comparten al conectarse a la red.

Julia de Titto – @julitadt