«Los hospitales que venían garantizando la interrupción legal, ahora no lo quieren hacer»

Estela Sánchez, responsable bonaerense del programa de salud sexual de la región V, denunció en «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 su desvinculación por parte del gobierno de María Eugenia Vidal días después de que dos mujeres murieran producto de abortos clandestinos.

– ¿Cómo estás? ¿Cómo fue notificada esta decisión de desvincularte de tus actividades y cómo estás sobrellevando estos días?

– Es un momento duro, complicado. No solamente garanticé derechos en cuanto a las interrupciones legales del embarazo (ILE), sino que en mi gestión se colocaron 13.500 implantes los cuales están nominalizados, digitalizados. Creo que fuimos la región que más colocó a nivel país implantes, no creo equivocarme. Se hicieron 3100 ligaduras en el año 2017, 5200 DIU, el trabajo fue enorme en toda la región sanitaria.

Esto empezó el día 8 de agosto, estábamos viendo si salía la ley o no sobre la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), me llama la coordinadora de la provincia de Buenos Aires, que es la politóloga María Julia Bruno Dapueto y me dice que ella quería saber cómo yo podía resolver los ILE y ella estando en el Ministerio de la Provincia no sabía qué herramientas utilizar. Me hace un ofrecimiento de trabajo para ir al Ministerio, para poder acompañarla en todos los hospitales, para empezar a trabajar este tema. El día 15 me llama diciéndome que mi pase el Ministerio de Salud estaba aprobado y el día 17 de nuevo pero para decirme que la gobernadora Vidal no concordaba con garantizar derechos y menos con interrupciones legales y además que yo vengo de la gestión anterior. El día 22 me despiden.

Yo pertenezco, trabajo y soy parte de las compañeras de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y estamos viendo los pasos a seguir. Creo que además hay un vaciamiento en la provincia de Buenos Aires, no hay capacitaciones, el programa no tiene abogados, no contamos con un médico para situaciones especiales. Esto de que yo tenga la cantidad de implantes que tengo nominalizados y protocolizados significa que después hay que salir a comprar y por ahí eso no gustó. Tener un numero creo que no gustó. Creo que soy una de las referentes, soy gestora en salud, vengo trabajando, cada mesa de gestión que yo tenía no la gestionaba con el pecho sino con los números fríos, claros, concretos, duros de la región. Tenemos una región con 845 mil mujeres en edad fértil de las cuáles el 47% no tiene cobertura social, con las cuáles tenemos que trabajar diariamente.

– ¿Cuál es la situación de las mujeres en provincia de Buenos Aires que necesitan realizarse abortos no punibles?

– Si te referís al protocolo provincial hay que trabajar, no todos los hospitales garantizan el derecho de las mujeres. Pero si te sentás en la mesa de gestión y trabajas, de última el protocolo provincial dice que el que tiene que tomar la última palabra es el director ejecutivo del hospital. Es él el que tiene que poner la firma y decir por qué no se hace y después ahí atenerse a la demanda legal que pudiera ocurrir o lo que pudiera ocurrir con esa paciente.

Hay mucho para trabajar pero me parece que hay un gran desconocimiento, hay una gran ausencia en el programa de la provincia de Buenos Aires, no se puede manejar un programa tan importante sin tener una base de datos, sin tener presencia en el terreno, en los lugares de trabajo, sin poder resolver. Las pacientes que pudimos ayudar y las sacamos de la clandestinidad fueron 93 este año, 87 el año pasado, pero cuántas pacientes -inclusive estas dos muertes que tuvimos- pudieron haber sido evitables. Pudieron haber sido evitables si la coordinadora provincial hubiera trabajado en los hospitales como tendría que haberlo hecho.

Estamos en un momento muy complicado donde no tenemos insumos, donde hay un gran vaciamiento. No tenemos inyectables, no tenemos para darles a las puérperas cuando salen de los hospitales como hacíamos antiguamente el insumo. Es una etapa complicada y me remito a lo que está pasando en el país.

– La gota que rebalso el vaso, relatan tus compañeras, fue cuando se dieron a conocer estas dos muertes luego del rechazo de la IVE en Senado. ¿Crees que hay algún intento de invisibilización del reclamo y la necesidad de la legalización del aborto?

– Estoy segura de eso. Si me citaron el 8 de agosto para ofrecerme que acompañe en el Ministerio de la provincia porque fui la persona que más resolví no es casual que después me terminen despidiendo. Yo creo que hubo un adoctrinamiento conmigo de cara al resto de los referentes. Para decirles bueno esto les puede pasar. De hecho los hospitales que venían garantizando la interrupción legal, ahora no lo quieren hacer. Hay un gran retroceso, por eso digo que me parece que fue un adoctrinamiento hacia mi persona y hacia mi trabajo, rotundo.

– Una noticia que venimos recorriendo es el caso de una niña de San Juan con retraso madurativo quién había sido violada y quedó embarazada, entraba dentro del protocolo para que le realizaran un aborto no punible y militantes antiderechos querían impedir que la camilla con la niña ingresara a la sala de operaciones. Finalmente el aborto se llevó adelante.

– Eso está pasando. A pesar de que ya no estoy en el programa he recibido a mi mail personal muchas amenazas y demás. Vienen trabajando fuertemente, van a seguir haciéndolo. Yo me pregunto, esas personas ¿dónde están ahora? ¿están acompañando a los hijos de las pacientes que fallecieron en San Martín y en Pilar? ¿los están conteniendo? ¿están sirviendo su mesa? nadie piensa lo que significa una muerte materna. Hay familias atrás, quedaron chicos.

Creo que es un tema de política pública donde no puede estar en manos de gente que no tenga nada de experiencia y nada de compromiso. Porque todos tenemos problemas personales y en algún momento podemos faltar al trabajo, pero que ya no haya presencia en la provincia de Buenos Aires en un programa que tiene que hacerse cargo de 77 hospitales, maternidades, de actividades. Que no sepan cómo manejar un tema y que después alguien que lo sabe hacer la tomen y a los dos días la despidan es tremendo. Lo que yo estoy viviendo es algo que me parece un sueño todavía, me angustia.