El Mundo

8 enero, 2020

Ordenan sacrificar 10 mil camellos en Australia por la sequía

La drástica medida fue tomada debido a que estos animales abandonaron las zonas áridas en busca de agua e invadieron lugares habitados por seres humanos lo que pone en riesgo a las poblaciones en la peor sequía del país en 120 años.

El Comité Ejecutivo de la reserva Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY) ubicada al noroeste del estado de Australia Meridional, dispuso la matanza de al menos 10 mil camellos y caballos salvajes con el objetivo de contener la sequía que pone en riesgo la vida de las comunidades locales.

Como consecuencia de la sequía más grave en 120 años de historia, cientos de miles de camellos salvajes y otros animales emigraron del desierto a zonas pobladas en busca de agua. Esto provoca una amenaza para la comunidad ya que los animales “consumen sus escasos suministros de agua y alimentos y ponen en peligro a los viajeros”, explica un comunicado emitido este lunes por las autoridades de APY. 

“Esto ha resultado en daños significativos a la infraestructura, peligro para las familias y las comunidades, mayor presión de pastoreo en las Tierras APY y problemas críticos de bienestar animal ya que algunos camellos mueren de sed o se pisotean entre sí para acceder al agua”, declaró un vocero de la reserva.

Muchos de estos rumiantes fallecen por la falta de agua o al aglomerarse y pelear entre ellos para beber. Según el comunicado del Departamento de Medio Ambiente y Agua (DEA, por sus siglas en inglés), “en algunos casos, los cadáveres de los animales han contaminado importantes fuentes de agua y zonas culturales”.

La medida, que se llevará a cabo con francotiradores que dispararán desde helicópteros y durará cinco días, cuenta con el apoyo de la DEA. De acuerdo al organismo, si no se toman acciones, corre peligro la vida de los 2.300 indígenas que habitan la región.

Australia posee la mayor población de camellos del mundo, estimada en un millón de ejemplares. Estos animales fueron introducidos al país a fines del siglo XIX por los colonos ingleses para transportarse por las tierras desérticas. Luego los abandonaron y, como no tienen predadores, se reprodujeron rápidamente. Al menos 25 especies introducidas por el hombre en el país se convirtieron en plagas.

La polémica decisión para gestionar el número de estos animales fue cuestionada por organizaciones protectoras y por comunidades aborígenes cristianas que consideran sagrados a las camellos por la Navidad y la fiesta de Reyes.

Los incendios y el cambio climático

Desde septiembre del año pasado, Australia está viviendo una de sus peores temporadas de incendios forestales. Con temperaturas que llegaron a los 50 grados, más la sequía y los vientos, el fuego se tornó más violento que en otras épocas.

Como consecuencia, los focos que comenzaron en el sur, la parte más poblada del país, se propagaron velozmente también hacía la costa Este afectando zonas aledañas a las ciudades de Sydney y Adelaida. Hasta el momento fallecieron 24 personas (según datos oficiales), más de 1.200 viviendas fueron destruidas y millones de hectáreas arrasadas por las llamas. 

A la vez, de acuerdo a ecologistas de la Universidad de Sydney, al menos 500 millones de animales murieron por los incendios sólo en la zona de Nueva Gales del Sur, una de las más afectadas.

Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), afirma que “el rol del cambio climático no está en duda” con respecto a la catástrofe ambiental que sufre el país. Asimismo, la Oficina de Meteorología de Australia reportó que 2019  fue el el año más caluroso y seco que se haya registrado.

En ese sentido, desde el consejo de la APY aseguran que «deshacerse de los camellos salvajes es una forma de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero». «Los camellos salvajes doblan su población cada nueve años, emitiendo más gases de efecto invernadero que empeoran el cambio climático», justificó Tim Moore, jefe de la empresa especializada en emisiones agrícolas RegenCo.

Pero la realidad es que la emisión de gases de efecto invernadero, responsable del calentamiento global, no se debe a los camellos sino del modo de producción que atenta contra el medio ambiente y la vida en el planeta. Un informe de Global Carbon Project -una organización que mide las causas y efectos de este fenómeno- destaca que las principales emisiones de carbono en 2018 se debieron en un 40% al carbón, en un 34% al petróleo, un 20% al gas, un 4% al cemento y un 1% a la quema.

Australia, junto a EE.UU. y Arabia Saudita, es de los paìses que ejercen más poder de lobby en la ONU para trabar medidas de protección ambiental. De hecho, es el principal exportador mundial de carbón.

Neville Nicholls, experto de la Universidad de Monash, aseguró que “lo peor está por venir”. Según el profesor “el calentamiento global ya está alargando la temporada de incendios y haciendo que las olas de calor sean más intensas, más frecuentes y más largas”. Y añadió que también “aumenta la probabilidad de fuertes lluvias y empeora las sequías”.

Por otra parte, el humo de los incendios australianos llegó a la Argentina por el Océano Pacífico. Según el Servicio Meteorológico Nacional, las nubes de humo provocan una coloración diferente del cielo pero no traen consecuencias para la salud de la población.

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas