Géneros

16 julio, 2020

Identidad No Binaria: la descolonización del cuerpo

Este 14 de julio fue el día internacional de la visibilidad no binaria. Una identidad de género sobre la que juega mucho desconocimiento y discriminación. ¿Qué significa ser no binarie? ¿Qué voz, qué acción, qué cuerpo tiene? ¿Cuáles son los reclamos principales del colectivo?

Crédito: Milagros Zabaleta

Ser no binarie es una identidad de género, la cual representa a aquellas personas que deciden correrse de los géneros binarios hegemónicos: varón y mujer. Es un paraguas dentro del gran paraguas Trans: involucra a otras identidades -como agénero, género fluido, queer, bigénero, pangénero- que se alejan del cisgénero, de la imposición que la sociedad les puso a partir de su genitalidad y que tampoco se sienten cómodes con adoptar la forma contraria. Es incomodidad con el género impuesto e inconformidad con las normas binarias en general, es querer construirse a partir de los deseos propios, trascendiendo los estereotipos y roles tan marcados, impuestos en América Latina por la colonización de los países europeos.

Durante siglos, la conquista de territorios llevó a que Occidente se aprovechara y apropiara no sólo de materia prima y recursos, sino de cualquier tipo de significación cultural imponiendo la suya, la del invasor, haciendo que la pluriculturalidad de las comunidades que ya vivían en su territorio se fuera perdiendo o mezclando. Lo que hoy nos parece “normal” no lo era en muchas culturas originarias. La concepción de género -como prácticamente todas las categorías con las que entendemos y participamos en el mundo- se amoldó a la concepción impuesta por Occidente, esto es; la idea de cisnormatividad y el pensamiento binario que al día de hoy sostiene toda la estructura con la que vivimos.

El no binarismo es también una forma de pensar y posicionarse frente el mundo, más allá de la vivencia personal. No es solo una cuestión de género, sino que abarca todo el conjunto de significantes con los que construimos lenguaje, símbolos, formas de relacionarnos y, por lo tanto, realidad. Hoy, el mundo que construyó la lógica binaria, implica una cultura de la desigualdad, donde todo parte de dicotomías que no hacen más que dificultar el acceso a derechos y la integración a la sociedad. Público-privado, rico-pobre, gorde-flaque, blanques-negres, estado-nación, civilización-barbarie, biología-cultura, orgánico-psicológico, ciencia-ideología, saber-opinión, investigación-experiencia, médico-paciente, normal-patológico, sano-enfermo, indicación médica-decisión autónoma y tantas otras. Dicotomías que siempre llevan en sí una carga moral -lo bueno y lo malo- y, por ende, una relación de opresión.

Empezar a construir otro mundo, otra humanidad, es una toma de posición, un compromiso permanente que debe darse toda la sociedad. Que no implica simplemente aceptar que hay  personas no binarias, sino entender que su existencia es la experiencia viva en un sistema que destruye y condena el deseo, las acciones y los cuerpos de todes. 

Hace ocho años que Argentina tiene una Ley de Identidad de género, la cual es vanguardia en el mundo, sobre todo porque promulga la identidad de género como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente”, alejándose del biologicismo; y el estableciendo el trato digno, se haya hecho el cambio registral o no. Sin embargo, su forma de implementación es un gran obstáculo para muchas personas: el cambio de DNI sólo se establece entre el masculino y el femenino. Pareciera ser que aún es difícil hacer entender que no todas las personas transicionan de la misma forma ni en las mismas condiciones.

En este sentido, una de las luchas del Colectivo No Binario es poder rectificar su partida de nacimiento y tener un documento de identidad que no requiera de especificación sexogenérica. Como también, visibilizar la necesidad de la implementación de la Educación Sexual Integral en cada institución educativa; y una política pública de diversidad en todas las instituciones estatales, porque se necesita el Cupo Laboral Travesti Trans pero también una estructura aggiornada a la presencia de esos cuerpos, que muchas veces no pueden ni ir al baño con comodidad.

El no binarismo es una respuesta política ante la necesidad de visibilizar que cada quien tiene una vivencia personal en cuanto a su percepción; y la construcción de una subjetividad colectiva que deje de reproducir el odio y la violencia cis-sexista hacia lo supuestamente diferente, anormal. Es posicionarse contra-hegemónicamente, impulsando resistencia para seguir abriendo caminos, para cartografiar nuevos horizontes alejados del individualismo capitalista. Para activar sobre la voz de la experiencia y construir nuevos imaginarios, otras ficciones, expresiones, a través de las cuales la descolonización y la emancipación se hace posible. Ser testigo de una época, volverse sujete active de la misma y por tanto responsabilizarse vitalmente por el destino colectivo de la humanidad. Preguntarse, desarmarse, para construir redes que nos permitan fabricar la libertad.

Por Agustina Lanzillotta, Agos Concilio y Lua Pons. Integrantes de BARDO – Colectivo Contracultural.

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