El Mundo

20 septiembre, 2020

Jean-Jacques Dessalines: esclavo, revolucionario y héroe de la independencia haitiana

Llamada Santo Domingo bajo el dominio colonial francés, en Haití tuvo lugar la única revuelta de esclavos exitosa de la historia que finalizó con la independencia del país y la creación del Estado negro que perdura hasta el presente. Un esclavo analfabeto que nació un día como hoy, fue uno de sus protagonistas.

Nicolás Castelli

@NicoCastelli3

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Nadie hubiese imaginado hasta 1791 que los esclavos fuesen capaces de organizarse, rebelarse contra los blancos, hacer una revolución y que luego de vencer a los ejércitos más poderosos del planeta durante el transcurso de doce años, lograran la independencia de un país. 

Sin embargo, eso ocurrió en Haití, la colonia más grande del mundo que en esa época se sostenía sobre la inhumana explotación de medio millón de esclavos cazados en África como animales, vendidos como cosas, hacinados y trasladados en barcos al otro lado del Atlántico para trabajar hasta la muerte en plantaciones de azúcar que eran a la vez uno de los principales sostenes del capitalismo mercantil francés.

A pesar que en París la burguesía triunfante terminaba por demoler los últimos cimientos del Antiguo Régimen feudal de monarquías absolutas al grito de libertad, igualdad y fraternidad, la concreción de estas bellas consignas tardaría décadas en hacerse realidad en muchas partes del mundo.

En una revolución que altera drásticamente el orden social establecido, la radicalidad o gradualidad de los cambios son temas de disputas. Pero si hubo una cuestión en que la burguesía francesa revolucionaria hizo causa común, más allá de sus luchas internas, fue no hacer efectiva la emancipación de los negros, sobre todo en la colonia de Santo Domingo.

Esto lo intuyó muy bien Toussaint L’Ouverture, hijo de un esclavo capataz de una plantación, que sabía que solo la lucha los liberaría de las cadenas. Aún cuando el 4 de febrero de 1794 se declaró la abolición de la esclavitud en Francia y sus dependencias de ultramar.

Una declaración realizada por la Convención Nacional durante el período de mayor radicalidad de la revolución francesa.

Los esclavos capataces, camareros, cocheros o mayordomos representaban  una casta “privilegiada” frente a sus pares que trabajaban como bestias en las plantaciones bajo el látigo del blanco. Uno de esos “privilegios” consistía en poder tener acceso a algo de educación, vedada para el resto.

Toussaint aprendió a leer en su niñez, sin embargo el 22 de agosto de 1791 cuando estalló la insurrección de los esclavos en la isla ya tenía 40 años y se sumó meses después con una frase en la cabeza leída en un libro del Abate Raynal: “Solo se necesita un jefe valiente. ¿Dónde está?”.

Al poco tiempo se puso al frente de la revolución y sin conocimientos militares formó un ejército y un estado mayor. Jean-Jacques Dessalines, que había tomado ese nombre de su amo, fue uno de sus generales y principales lugartenientes. Años más tarde conduciría a Haití a su independencia.

***

Primero fue contra los blancos hacendados, pequeños colonos y burócratas monárquicos de la isla, después contra una invasión española, luego contra una expedición inglesa de 60 mil hombres y finalmente una expedición francesa enviada en 1801 por Napoleón Bonaparte para someter nuevamente a Haití a sus estatus colonial y restablecer el régimen esclavista. 

Ninguno de estos intentos pudo apagar la llama que se prendió en agosto de 1791 cuando luego de meses de planificación, usando de fachada los rituales vudú para conspirar, los esclavos organizaron masivamente la quema de las plantaciones para nunca más volver a ser sometidos.

Fue en la última guerra final contra Francia donde Dessalines ocupó un lugar protagónico en la historia luego que Toussaint, por errores y vacilaciones, fue arrestado y deportado para terminar muriendo en una cárcel francesa en abril de 1803.

En noviembre de ese mismo año, Dessalines y sus compañeros de armas ignorando el destino último de quien fue el primer jefe indiscutido de la revolución, proclamaron la independencia de Francia luego de someter a sus tropas a una cruenta e implacable guerra de guerrillas. 

Expulsados los franceses, bautizaron al nuevo Estado con su actual denominación, Haití, como llamaban a la isla el antiguo pueblo taíno, habitantes originarios de la isla exterminados por los europeos. 

Posteriormente, Dessalines fue proclamado emperador. Sin embargo, también se sancionó una Constitución que dejó asentada la abolición de la esclavitud e introdujo algunas reformas como los derechos sociales para hombres, mujeres y niños y el divorcio vincular  sin diferencias raciales o de género. 

Bonaparte reconoció años después en la cárcel de Santa Elena que la expedición fue un error y que debería haber gobernado la isla a través de L’Ouverture. Los blancos fueron expulsados de la isla y masacrados. Lo que, en palabras de Cyril Lionel Robert James autor de Los Jacobinos Negros (tal vez el mejor relato sobre estos acontecimientos) significó una tragedia.

No para los blancos que dinamitaban con pólvora a los esclavos, los mutilaban y mataban por nada, sino para los negros ya que la venganza solo degradaba a un pueblo que recién daba sus primeros pasos como nación libre.

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