24 abril, 2014

Palestina y un histórico acuerdo de unidad

Las dos principales organizaciones político militares de Palestina, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y Hamas, firmaron este miércoles un acuerdo de reconciliación para establecer un gobierno de unidad nacional. Tras ocho años de disputas internas, este acuerdo es un importante avance para el pueblo palestino.

Las dos principales organizaciones político militares de Palestina, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y Hamas, firmaron este miércoles un acuerdo de reconciliación para establecer un gobierno de unidad nacional. Tras ocho años de disputas internas, este acuerdo es un importante avance para el pueblo palestino.

 

En una conferencia de prensa desde la Franja de Gaza, el primer ministro y dirigente de Hamas, Ismail Haniyeh, anunció el fin de la división interpalestina y la celebración de elecciones generales en el término de siete meses. Además, para el mes de mayo se conformará un gobierno de unidad nacional que será el encargado de llevar adelante esos comicios.

El gobierno israelí reaccionó con la poca sutileza que lo caracteriza. El primer ministro Benjamín Netanyahu le habló al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, antes de que se oficialice el acuerdo: «¿Quiere la reconciliación con Hamás o la paz con Israel? Solo una es alcanzable, no ambas. Espero que escoja la paz, pero hasta ahora no lo ha hecho».

Las declaraciones de Netanyahu se dan en un momento en que las negociaciones de paz entre Israel y Palestina, retomadas en julio de 2013, se encuentran absolutamente estancadas por el incumplimiento de parte de los compromisos asumidos por Tel Aviv. Puntualmente la liberación de 26 presos palestinos detenidos hace más de 20 años.

Por su parte, Saeb Erekat, el jefe negociador palestino respondió diciendo que “Netanyahu y su gobierno estaban usando la división palestina como una excusa para no hacer la paz. Ahora quieren utilizar la reconciliación palestina como una excusa para el mismo propósito”. «Esto es completamente absurdo. La única conclusión lógica es que el gobierno de Netanyahu no quiere la paz”, dijo Erekat.

En parte, el acuerdo interpalestino responde a este derrotero de las negociaciones con Israel y la búsqueda de otra solución. Horas después de anunciado el acuerdo entre las organizaciones palestinas la aviación de combate israelí atacó zonas del norte de Gaza con un saldo, hasta el momento, de seis heridos.

Un repaso de los últimos años y más atrás también

En 2006 se celebraron las últimas elecciones en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania. En Cisjordania triunfó la OLP y en la Franja de Gaza, Hamas. Las diferencias políticas entre ambas organizaciones derivaron en una ruptura institucional de la ANP. Esta división se sumó a la ruptura geográfica objetiva de los dos territorios que no tienen punto de contacto.

Pero vayamos un poco más atrás. La OLP es un movimiento que nuclea a varios partidos y organizaciones políticas palestinas desde la década de 1960 y ha sido portavoz de los reclamos y la lucha de ese pueblo desde entonces. Forjada al calor de los procesos de descolonización y liberación nacional en el Tercer Mundo, esta organización laica tenía y tiene un programa político ligado a resolver los problemas de soberanía y justicia social de su pueblo.

Con el correr de los años la OLP fue logrando reconocimiento a nivel mundial como el único interlocutor válido de Palestina. A su vez Yasser Arafat (1929-2004), su máximo dirigente y líder histórico, se convirtió en un emblema para los movimientos revolucionarios de todo el mundo.

En el año 1993, tras los acuerdos de Oslo (Noruega) con Israel, se resuelve la conformación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), un gobierno transitorio de los territorios palestinos en vías de la conformación de un Estado nacional. La OLP gobernó la ANP sin adversarios hasta 2006.

Y acá aparece Hamas. El surgimiento de esta organización político-militar islamista tiene un origen muy diferente a la OLP. La Revolución Iraní de 1979, primera revolución islámica de la historia, generó un cambio fundamental en Medio Oriente. La politización del Islam produjo un nuevo fenómeno social y político que atrajo a una enorme cantidad de personas en toda la región. Palestina no fue la excepción.

Para contrarrestar a la OLP, que era laica, Israel permitió durante años el florecimiento de las mezquitas (el equivalente islámico de las iglesias cristianas). Sin quererlo, Tel Aviv fomentó los focos organizadores de este nuevo movimiento político conocido como islamismo.

Es así que en 1987, en el marco de la primera Intifada (alzamiento popular palestino contra la ocupación israelí), nace Hamas. Con el correr de los años logró un importante desarrollo sobre todo en los sectores más marginados de la sociedad palestina, particularmente en la Franja de Gaza. Las diferencias con la OLP, además de ser de principios por su carácter islamista, también eran de estrategia. Hamas no reconoce al Estado de Israel, cosa que la OLP sí hace desde los acuerdos de 1993.

Finalmente en 2006 Hamas participó de las elecciones y triunfó en Gaza. La imposibilidad de acordar con la OLP derivó en una ruptura de las relaciones y la expulsión de los miembros de la organización del ya fallecido Arafat de la Franja.

Desde entonces las dos organizaciones no tuvieron acercamientos, hasta 2012 cuando se llevaron a cabo una serie de acuerdos en pos de la unidad pero que nunca se efectuaron. Esta vez la historia parece ser diferente.

¿Y ahora?

La situación de Gaza es desesperante. Desde que Israel se retiró unilateralmente y dejó de ocupar el territorio ha ejercido un feroz bloqueo de todas sus fronteras. La única salida que tenían los palestinos residentes allí era por Egipto, pero el ascenso al poder del gobierno que derrocó al islamista Morsi también ha limitado su capacidad de transito.

En los hechos, Gaza es un gran campo de concentración a cielo abierto enclavado entre Israel, la Península del Sinaí y el Mar Mediterráneo. Por eso Hamas necesita la ayuda de la OLP y el dinero de la ANP para afrontar la difícil situación. A su vez, el primer ministro Abbas, busca legitimar su liderazgo dentro del territorio palestino donde no se realizan elecciones desde 2006 cuando se llevó a cabo la ruptura. Además en Cisjordania también hay problemas debido al avance de los asentamientos ilegales israelíes y las constantes agresiones del ejército ocupante a la población palestina.

De todas maneras, tal como aseguró el analista político israelí Amos Harel en el diario Haaretz, la OLP y Hamas han abordado el problema “de una manera similar a la forma en la que Shimon Peres [ex primer ministro israelí] describió la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993: ‘una larga historia que comienza con un final feliz”. Según Harel, por el momento “estuvieron de acuerdo sólo en lo que podían acordar”.

El mismo periodista, que demuestra no tener ninguna simpatía por los palestinos hace, sin embargo, un interesante análisis al afirmar que Netanyahu se equivoca al afirmar que Abbas ha elegido a Hamas en lugar de la paz. “En esencia, nada ha cambiado en realidad: Aún no hay gobierno de unidad y no hay elecciones”, sostuvo. Por lo que el planteo del primer ministro no es “acertado”.

Habrá que ver como se desenvuelven los acontecimientos y como avanza el proceso de unidad. Si efectivamente los palestinos dan pasos positivos en ese sentido, sin dudas se fortalecerá la lucha legítima de ese pueblo por su derecho a un Estado soberano.

 

Santiago Mayor – @SantiMayor

 

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